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El lujo oculto de la alquería Julià

Los restauradores sacan a la luz la rica decoración del edificio protegido que Bankia está rehabilitando para destinarlo a Casa de la Música

El lujo oculto de la alquería Julià

«La belleza está en el interior» (Pulchiora latent). Así lo proclama la inscripción en latín de la portada que recibe a los visitantes de la alquería palaciega del siglo XVII de los Julià, una familia de mercaderes de fortuna y oligarcas valencianos, que se hizo construir una residencia con un gran huerto-jardín junto a la acequia de Rovella, a orillas del Turia. La alquería de los Julià, encajonada actualmente entre los edificios modernos del barrio de Nou Moles, pasa casi desapercibida pese a ser, por su singularidad e historia, Bien de Interés Cultural. La belleza y el lujo interior del edificio salen ahora a la luz en la rehabilitación integral impulsada por Bankia, propietaria de esta joya barroca que se reconvertirá en Casa de la Música.

El edificio, cerrado y sin apenas uso tras el traslado del colegio que albergó durante varios años, se está sometiendo a una restauración integral, dirigida por el arquitecto Carlos Campos, responsable, entre otras, de la elogiada restauración de la iglesia de San Nicolás que le está devolviendo el esplendor y protagonismo perdido. La entidad financiera invertirá 3,5 millones de euros en recuperar el edificio, cargado de historia y simbolismo, rodeado ahora de andamios y a cuyas obras ha tenido acceso Levante-EMV.

Por los elementos constructivos y la rica decoración que ha salido a luz en la intervención, en curso desde marzo de este año, y donde destaca una habitación decorada con elegantes pinturas pompeyanas desconocida hasta ahora, más que una vivienda de tipo agrícola la residencia de los Julià era una alquería de tipo palaciego. Así lo explicó el arquitecto restaurador del edificio, Carlos Campos, durante la visita que realizó junto con la directora corporativa de marca de Bankia, Silvia Bajo, esta semana al edificio, que encara la recta final de las obras para poder inaugurarse en el primer trimestre de 2020. Una vez rehabilitada, la alquería se cederá para sede de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunitat Valenciana.

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El lujo oculto de la alquería Julià

Uno de los elementos destacados de la alquería fue su huerto-jardín. Según la documentación analizada durante la investigación previa a la restauración, en concreto las acuarelas que hizo el pintor Conchillos en 1690, el jardín de los Julià tenía el triple de superficie que el actual y se extendería hasta la zona verde que hay frente al complejo administrativo 9 d'Octubre. A partir de los grabados antiguos se restituirá el jardín en la medida de lo posible, incorporando los elementos que se han conservado, como la glorieta romántica y la terraza con balaustrada y pavimento de terracota y azulejo pintado a mano durante el siglo XV.

Además de la glorieta, el jardín tenía un laberinto y, tras el mismo, la terraza. Siguiendo la disposición típica del huerto-jardín valenciano, a continuación había una zona de frutales y un huerto, con un camino central bordeado de emparrados. En la zona más alejada de la vivienda, había un pinar, vestigio de la Gran Pinada Moyá de Campanar. El huerto y la mayor parte del jardín, que funcionó como patio del colegio y cancha deportiva, se perdieron.

La rehabilitación de la alquería y del jardín de Julià se completa con la construcción de un nuevo cuerpo soterrado: una moderna sala de ensayos con aforo para 200 personas, excavada en el subsuelo del jardín, a siete metros de profundidad. La sala estará conectada con la alquería y también cuenta con un acceso desde el jardín, a través de un patio inglés que le proporciona luz directa.

En la intervención se ha recuperado material arqueológico como zócalos e interesantes pavimentos del siglo XV formados por piezas de terracota y azulejo pintado a mano, anteriores cronológicamente a la construcción de la alquería tal como hoy se conoce.

Salvada de un destino incierto

La alquería Julià fue a través de los siglos protagonista de grandes hechos históricos que denotan la influencia de sus propietarios en la sociedad del momento. Según la tradición, San Vicente Ferrer predicó en su huerto y el Mariscal Suchet contempló desde su torreón la toma de València por las tropas francesas. En sus estancias pernoctó la reina Isabel II mientras María Cristina renunciaba a su condición de regenta. La alquería ha sido fuente de inspiración de escritores y artistas, como el historiador Marqués de Lozoya, que ambientaría su novela La alquería de los cipreses en este paraje.

El destino de la alquería era incierto hasta hace unos años. Existían diversas posibilidades para el inmueble que iban desde la venta o cesión del mismo, a la realización de las obras de conservación. Las negociaciones del anterior concejal de Desarrollo Urbano, el socialista Vicent Sarrià, con la entidad fueron decisivas para que Bankia asumiera la rehabilitación integral de la alquería y descartase otras opciones.

La entidad financiera hace así un gesto a la ciudad comprometiéndose con una de las señas de identidad de la cultura y la tradición valencianas, como es la música. La renovada alquería Julià, que también será sede de la Orquesta Sinfónica de Bankia, actuará como revulsivo para el popular barrio de Nou Moles.

La restauración integral de la alquería Julià se encaja dentro del convenio firmado entre CulturArts, la Federación de Sociedades Musicales y Bankia dotado con un millón de euros anuales.

El anteproyecto de restauración y habilitación de la alquería Julià ha sido elaborado por el equipo de arquitectos de C+G Técnica y Cyrespa, y trata de dar respuesta a las distintas necesidades y usos planteados para la alquería como centro musical y espacio para acoger una importante programación social y cultural.

La planta baja del edificio se destinará a las actividades culturales propias de la alquería y contará con tres salas, biblioteca y sala de partituras con un archivo adyacente, fonoteca, videoteca y un aula multiusos.

La planta primera se destinará a espacio expositivo para interpretación de la propia alquería y estará abierta al público en general, que podrá admirar las pinturas y bóvedas más relevantes del edificio o visitar la torre de la alquería, a la que se accede por una escalera de caracol. El torreón es uno de los elementos constructivos más emblemáticos de la alquería.

La sala de ensayo de nueva construcción intenta respetar la organización y el diseño originales del jardín histórico. La sala de ensayos cuenta con las condiciones de acústica necesarias para dicha finalidad. Sus paredes de acristalamiento doble, además, están preparadas para minimizar la propagación del sonido a las fincas del entorno.

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