El Parlamento Europeo aprobó hace unos días una resolución que declara la «emergencia climática y medioambiental», iniciativa a la que ya se habían sumado todo tipo de instituciones públicas, entre ellas, la Generalitat y el Ayuntamiento de València, que lo hizo en el pleno del 26 de septiembre de este año.

Entre las propuestas a la que el gobierno municipal se comprometió entonces estaba la de «fomentar la adaptación de los barrios y la ciudadanía de València ante los riesgos y amenazas de la crisis climática y de los fenómenos meteorológicos que comporta; seguir trabajando por una movilidad sostenible y baja en carbono mediante la ordenación del tráfico, la peatonalización de espacios y el aumento del uso de nuevas formas de movilidad no contaminantes».

En esta línea, la vicealcaldesa de València y concejala de Desarrollo Urbano Sostenible, Sandra Gómez, reivindica el modelo de una ciudad de plazas como herramienta para luchar contra el cambio climático desde las ciudades. Así, sitúa la reurbanización y peatonalización de las plazas como instrumentos para la «creación y recuperación de espacios públicos que promueven la convivencia y crean zonas libres de emisiones para combatir la emergencia climática». Gómez explica que han estudiado la ciudad, barrio por barrio, para recuperar espacios vitales «para mejorar la calidad de vida de la ciudadanía».

En este sentido, recalca que actualmente hay 10 proyectos ejecutados recientemente de plazas urbanizadas en diferentes barrios, dos en ejecución y cinco a la espera de ser iniciados, en diferentes fases de redacción, aprobación o a la espera de las obras.

Principales actuaciones

Entre estas actuaciones se encuentra la Plaza del Mercado de Rojas Clemente en el barrio del Botànic, que fue una de las primeras en ser peatonalizadas y, actualmente, cuenta con arbolado, zonas de estancia, juegos para los más pequeños y pequeñas y aparcamiento de bicicletas para fomentar el uso de las mismas. Similar situación vivieron las plazas del barrio de Cabanyal-Canyamelar, uno de los que requería una urgente intervención. La Plaça de Llorenç la Flor y la Plaça del Rosari han sido rescatadas del estado de degradación en cual se encontraban, para convertirse en espacios limpios, agradables y al servicio de los vecinos del barrio. Es así como se han ido reformando plazas de otros barrios como la Plaça San Jerònim, en Rascanya; la Plaça Riu Segura en Forn d'Alcedo; la Plaza San Felip Neri, en Algirós; la Plaça Arquebisbe Olachea en el barrio de Sant Marcel.lí o la de San Sebastià, en el Botànic.