Aunque las condiciones de la jornada de ayer no eran lo suficientemente duras como para ponerla en marcha, el ayuntamiento ya ha confeccionado la preparación del Plan Frío 2019-2020, el programa destinado a proteger a las personas sin hogar sometidas a los rigores meteorológicos con la llegada del invierno. Se trata de una acción combinada con varias entidades dedicadas a la iniciativa social y que procura facilitar alojamiento o atenciones primarias en las fechas más complicadas. El plan entró en vigor el 1 de diciembre, pero se pondrá en práctica cuando se reúnan las condiciones de temperaturas (seis grados o menos), o en unas condiciones de lluvia o viento cercanas a las situaciones de alerta, no la persistente, pero no violenta, de ayer.
La principal conclusión que extrae el ayuntamiento, que recientemente llevó a cabo un censo de indigentes, es que no hay persona sin techo que no es atendido y, lo que es primordial en el debate político, que ninguna persona que lo desea se queda sin alojamiento y que, datos en la mano, las plazas nunca se llenan. Porque una cosa es la atención o la prestación de un servicio y otra es un intangible que depende del interesado: que no siempre la persona sin techo quiere ser. Determinadas pautas, que incluyen desde la no presencia de animales de compañía o los horarios retrae a una parte de los sin techo, que prefieren simplemente una atención ambulatoria, pero no pasar la noche en una cama. O ni siquiera la atención primaria. De hecho, en el informe del año pasado se destaca que hasta un 48 por ciento de las personas rechazan todo tipo de ayudas.
El operativo incluye la generación de 372 plazas de albergue, «el número más alto de una operación frío, a pesar de que el resto de años nunca se han llenado al completo» aseguró la concejala d Servicios Sociales, Isabel Lozano. «Y, en el caso que fuese necesario, el Ayuntamiento ampliaría su oferta, a través de diferentes mecanismos para dar respuesta a las personas que lo requiriesen». Además de los albergues municipales, las pernoctaciones se realizan, mediante convenio, con la Asociación Valenciana de Caridad (entidad a la que se ha duplicado la subvención, pasando ahora a los 900.000 euros anuales), para financiar un total de 120 plazas entre sus dos albergues; San Juan de Dios (90 plazas); Natania (16); Cáritas Diocesana (6) y Cruz Roja. El siguiente proyecto es la habilitación de un nuevo Centro Municipal en Ciutat Vella. Lo que ahora mismo ya está descartado, con la existencia de estas plazas, es convertir las estaciones de metro en albergues improvisados. En total, el ayuntamiento cifra en más de dos millones de euros el dinero empleado para ayudas a los sin techo.
Rifirrafe con el PP
La operación frío ha propiciado, sin embargo, un cruce de reproches entre gobierno y oposición, que se desarrolló durante la jornada de ayer. Así, la portavoz popular, María José Català, madrugó para tildar de insuficiente la oferta de plazas. Empleando para ello las matemáticas: si tras el trabajo de campo realizado el pasado mes de octubre se detectaron 742 personas que viven en la calle y hay 372 plazas, «no se cubre ni a la mitad de las personas». Por lo que el gobierno municipal «sigue mirando hacia otro lado y sigue sin dar soluciones, sin construir el nuevo albergue que vendieron al inicio de la pasada legislatura».
A mediodía, Isabel Lozano salió en turno de réplica asegurando que «es lamentable que el PP, que se negó durante años a realizar un censo de personas sin hogar en la ciudad, tal y como les habían pedido decenas de asociaciones y entidades; ahora que se ha hecho utilicen estas cifras para mezclar cosas, marear y crear confusión».
