Los vecinos y vecinas de los barrios del Marítim se concentraron ayer por la tarde en el Cabanyal para denunciar los «los graves problemas de degradación social y urbanística» de la zona y exigir al Ayuntamiento de València que garantice su seguridad.
Las asociaciones de la Malvarrosa, Villas de las Arenas, Llamosí-Remonta, Cabanyal-Canyamelar, Virgen del Carmen-Beteró, Pavimar, Bloque Portuarios y Zero Incívics se han agrupado en la plataforma Mereixem Barris Dignes «con el objetivo común de dignificar» una zona que padece problemas de convivencia y seguridad desde hace más de veinte años. El pasado mes de octubre, los vecinos ya solicitaron una reunión con las autoridades del consistorio y, ante la falta de respuesta, ahora han decidido salir a la calle.
Según Lydia Espí, portavoz de Zero Incívics, la principal preocupación y la principal causa del «incivismo es el tráfico y consumo de droga». Los residentes en la zona denuncian que sufren «atracos por parte de personas drogadictas con necesidades económicas» y lamentan el peligro que suponen «sobre todo para los niños y niñas en los parques infantiles, donde se encuentran jeringuillas de heroína». Por eso, Mereixem Barris Dignes reivindica que se refuercen las políticas de prevención «de las adicciones y de ayuda a la reinserción, que se combatan las mafias y que se frene la proliferación de casas de apuestas».
Aunque en los últimos tres meses se ha incrementado la presencia policial en los barrios del Marítimo, Lydia Espí destaca que no es una medida efectiva porque «solo resuelve conflictos puntuales y de forma temporal». Para Espí, la solución sería implementar «políticas globales de asistencia social, de vivienda digna, de educación en valores cívicos, etc».
Mediante un manifiesto, los vecinos y vecinas también exigen acciones «en contra de la okupación de viviendas, por parte de traficantes de droga (sobre todo en los Bloques Portuarios y en Pavimar), y los problemas urbanísticos de las Villas de las Arenas». Por ejemplo, proponen invertir «en vivienda pública asequible, movilización de viviendas vacías y solares»; o «desarrollar un urbanismo al servicio de los vecinos», que sea respetuoso con el patrimonio y que se reviertan los planes especuladores y «macroproyectos agresivos» contra los barrios y su entorno, así como «cuidar mejor la limpieza, el arbolado público y parques».
