Donde no hubo acuerdo es en el proyecto de construcción de la nueva terminal de contenedores, que la APV prevé adjudicar a la multinacional TIL (controlada por la naviera MSC) y requerirá una inversión de 1.400 millones de euros. Este tema no fue abordado en la reunión Puerto-Ciudad, si bien Ribó, a la sazón consejero de la APV, en declaraciones a la prensa, anunció que hoy el ayuntamiento presentará un escrito de alegaciones a la APV. Este consta de seis apartados sobre afectaciones a playas y otros territorios. Y reclama una nueva Declaración de Impacto Ambiental (DIA). Pero Martínez optó por pedir un informe externo de adaptación de actual evaluación (vigente desde 2007) y que esas «adaptaciones» podrían asumirse «pero en ningún caso sin paralizar» el proyecto de ampliación de Valenciaport, ya que podría desviar la inversión de MSC a otros puertos del Mediterráneo.

Según Martínez, las mencionada alegaciones al proyecto constructivo de la naviera se estudiarán y las que sean «razonables y viables» se asumirán por que el objetivo es «hacer el mejor proyecto posible». En su opinión, «hay personas que han dicho que quieren la DIA no por que les preocupe el medio ambiente sino por que lo que quieren es paralizar la ampliación». Respecto a la zona de actividades logísticas, Ribó afirmó que «es mejor tener una ZAL que tener una zona que parece un desierto desde hace más de veinte años». El alcalde se pronunció así tras tumbar el TSJ el recurso de Per l'Horta para intentar volver a paralizar la apertura de este suelo para empresas.