Aunque ha sido un parto largo, finalmente el Ayuntamiento de València ha autorizado el proyecto piloto de coches eléctricos compartidos para 2020. Como estaba previsto, la empresa con sede en Campanar, CarGreen Mobilitat Sostenible SL, pondrá en servicio de manera escalonada a partir del próximo año 100 coches eléctricos (Smart EQ Fortwo) y por un periodo de un año con opción de renovación de 6 meses.

La puesta en marcha del proyecto piloto, liderado desde el gabinete del alcalde de Joan Ribó, permitirá conocer el efecto que tiene sobre la movilidad de la ciudad el uso de estos coches eléctricos compartidos, ya que el acuerdo establece que CarGreen deberá informar semanalmente a la concejalía de Mobilitat Sostenible del número y tiempo de utilización, los trayectos y los lugares estacionamientos que realizan cada uno de sus vehículos en la calle, gracias a un sistema de geolocalización que servirá para compartir estos datos.

El Ayuntamiento de València, además, obliga al proyecto piloto a que esté disponible en toda la ciudad y sus pueblos, con lo que se asegura que toda la ciudadanía puede hacer uso de este servicio, al contrario de lo que ocurre en otras ciudades donde están limitados geográficamente según los intereses de la compañía.

Los usuarios de CarGreen podrán estacionar libremente en cualquier plaza habilitada para el aparcamiento, incluyendo la zona azul o naranja, aunque en el consistorio no permitirá el aparcamiento en la futura zona verde (Ciutat Vella) porque será exclusiva para residentes cuando entre en funcionamiento.

Hasta 71.500 euros por tasas

La concejalía de Espai Públic, con las competencias delegadas de la Junta de Gobierno Local, ha aprobado este proyecto piloto tras obtener el visto bueno de los servicios de Mobilitat Sostenible y Hacienda. La compañía CarGreen tendrá que hacer frente al pago de una tasa anual de 715 euros por coche, por lo que si despliega 100 coches el consistorio podrá tener un ingreso extra de 71.500 euros anuales por este nuevo servicio público.

Según establece el acuerdo, el servicio se define como «vehículos de alquiler sin persona conductora y sin base fija», que deberán ser 100% eléctricos y alcanzarán un número máximo de 100 vehículos, pudiéndose realizar de forma progresiva la puesta en servicio de estos», señala.

En el acuerdo con el ayuntamiento al que ha tenido acceso Levante-EMV se establece también que la empresa «deberá reubicar correctamente los vehículos que se detecte que estén incumpliendo las obligaciones en materia de estacionamiento en la vía pública en el plazo de 24 horas, sin perjuicio de la aplicación de la normativa vigente», y que deberá disponer «de los mecanismos necesarios para detectar los vehículos averiados y retirarlos de la vía pública antes de que transcurran 24 horas desde la notificación o detección de la avería».

En caso de que el usuario del vehículo comenta una infracción, la empresa autorizada deberá garantizar la identificación de los conductores para poder aplicar el correspondiente procedimiento sancionador cuando sea procedente. «A estos efectos se deberá disponer del consentimiento de la persona afectada», añade.

CarGreen tendrá que informar al ayuntamiento con diez días de antelación de cuándo pone en marcha el proyecto piloto, y tiene un plazo de tres meses para hacerlo a partir de la notificación de la autorización. La previsión de la compañía es estar a punto en un par de meses, ya que debe construir una estación de carga para los vehículos. También deberá comunicar 10 días antes de la puesta en servicio de cada uno de sus coches en la calle.

Se desconoce por el momento cuánto será la tarifa de CarGreen para este servicio de coche eléctrico compartido. En Madrid, donde operan hasta cuatro compañías, el precio está en una horquilla que se mueve entre los 0,21 euros y los 0,30 euros por cada minuto de uso, al margen del alta del servicio.

La inversión de la empresa valenciana CarGreen es importante, tras captar tres millones de euros de fondos para poner en marcha el proyecto. La compañía además tiene muy avanzado otro acuerdo con el Ayuntamiento de Paterna, por lo que nace con vocación metropolitana para prestar su servicio de «carsharing».

La regulación futura

El proyecto piloto de 18 meses permitirá al Ayuntamiento de València recabar suficiente información de cara al futuro, en el que podría abrir un concurso para dar más de una autorización o «liberalizar» este sector, aunque el Govern del Rialto no es partidario de esta fórmula ya que podría provocar una saturación del espacio público. En este sentido, se espera que para 2020 el consistorio comience a cobrar también a las siete empresas de «motosharing» que operan en la ciudad la tasa correspondiente por el uso del espacio público.