En la particular caída de fichas de dominó que han sido los desencuentros entre Compromís y PSPV, uno de los grandes perjudicados, si no el que más, es el alcalde pedáneo de Benimàmet, Pepe Melgares, uno de los políticos socialistas más carismáticos en su zona de influencia. Ante la posibilidad de ver cercenado en dos años su mandato al frente del pueblo, ayer mostró su «decepción con el ayuntamiento por la forma en que están actuando. Me he enterado por la prensa de la pretensión de compartir la alcaldía dos años. Ni me lo ha dicho la concejala de Pobles ni ningún responsable del equipo de gobierno». Melgares tilda su gestión de «total lealtad al Ayuntamiento, atendiendo diariamente a todos los vecinos sin mirar el color» a la vez que recuerda que «no se nos está tratando a la pedanía con estas actitudes como un Poble que ha iniciado el proceso hacia Entidad Local Menor, sino como un reparto de poder sin tener en cuenta lo que han votado los vecinos».

Ahí apela a que fue una especie de elecciones municipales en pequeño «votando al candidato y no sorprende que el resultado fuera muy diferente al de la ciudad de València». Y el resultado es que Benimàmet es un bastión socialista por una diferencia de 1930 contra 1570 votos de Compromís. «El PSPV mejoró los resultados en 450 votos y Compromís sólo obtuvo 15 votos más. La diferencia es notable». Y por eso asegura no entender el mensaje del alcalde: «habla de poner una persona de consenso. ¿De consenso de quien? Los vecinos votaron y esa persona (él mismo) es la persona de consenso».

«Me consta que todas las entidades, tanto de Benimàmet como de Beniferri, están enviando notas a la prensa rechazando la posibilidad de compartir la Alcaldía y pidiendo al alcalde que respete el resultado electoral». E incluso se atreve a prometer a sus seguidores que «el alcalde seguro que tendrá en cuenta las manifestaciones y aceptará el resultado electoral» del 26 de mayo.

Y Català se ofrece a Sandra Gómez

Si hay alguien candidata a salir ganando de la tensión entre los dos partidos gobernantes en el ayuntamiento de València, no es ni Compromís ni el PSPV, ni Joan Ribó ni Sandra Gómez. Es María José Català y el PP. Un desgaste fratricida entre las formaciones de gobierno es el terreno de juego perfecto para que el principal partido de la oposición no pueda más que ver con buenas perspectivas el futuro. Ayer, sin embargo, la portavoz del grupo municipal hizo un guiño «a la española» a Sandra Gómez, lanzándole el guante de aliarse y aislar a Compromís. No es la primera vez que Català lanza ese guante. Y así, aún a sabiendas de que la líder socialista no atenderá la oferta, Català aseguró que «tendemos la mano al PSPV para que deje de estar sumiso y ponga fin al desgobierno que existe en estos momentos».