El Ayuntamiento de València abrirá al público el próximo lunes el nuevo parque de Amelia Chiner, que es como han bautizado los vecinos del barrio de Verge del Carme-Beteró al nuevo espacio en el que se ubicará los domingos el rastro de València. Sin embargo, el traslado de este particular mercado de objetos de segundo uso tardará, al menos, un par de meses, ya que el ayuntamiento quiere «formar» a los comerciantes y explicar la distribución de los distintos puestos.

El solar de 12.000 metros cuadrados que durante años permaneció prácticamente yermo en la confluencia entre las avenidas de Tarongers y Lluís Peixó, es hoy un gran espacio habilitado especialmente para acoger al «Mercat de Vell», y en el que se han plantado 99 árboles, se ha mantenido un ejemplar de especial porte, se han instalado decenas de papeleras y se ha acompañado con una zona de juegos infantiles, otra de esparcimiento para perros y un pequeño espacio de picnic.

La inversión del Ayuntamiento de València, a través de la concejalía de Comercio, ha sido de algo más de un millón de euros, «la mayor en la delegación de mercados aprobada en el pasado mandato y destinada, precisamente, a aquellos que más lo necesitaban, los comerciantes del rastro», explicó el edil Carlos Galiana.

El alcalde Joan Ribó mostró su satisfacción por la transformación de este gran espacio «que se ubica en un distrito en plena regeneración», comentaba a los medios al tiempo que en la calle unos niños pedían a gritos que se abriera el parque de juegos. «El lunes, el lunes estará abierto», confirmó el máximo responsable de la ciudad, que no dudó en subirse a uno de los columpios para juguetear un poco.

Ribó adelantó que el parque tendrá otros usos que se definirán según las peticiones recibidas, aunque su concejal Galiana dejó entrever varias opciones, como un mercado agroecológico, actividades que organice la asociación de vecinos de Beteró o de las Fallas de la zona, incluso también de las universidades o peticiones para nuevos eventos. Lo cierto es que el espacio está subdivido en pequeñas parcelitas numeradas para que cada comerciante ocupe un puesto y hace muy fácil orientarse sobre él.

El edil de Comercio explicó que el parque funcionará como el resto de parques de la ciudad, con un horario definido y se cerrará por las noches para evitar, por ejemplo, que se practique botellón en su interior.

La presidenta de la Asociación de Vecinos Virgen del Carmen-Beteró, Aroa Haba Navarro, celebró la puesta en marcha de este nuevo equipamiento público y pidió al ayuntamiento que garantice la limpieza del parque y la seguridad en torno al rastro. «No sabemos cómo repercutirá en el barrio, por eso apoyamos al ayuntamiento siempre y cuando mantenga su compromiso. Estamos muy contentos por la inversión, que hacía muchos años que no se hacía», manifestó.

Haba explicó que la concejalía de Comercio propuso a la asociación que eligiera el nombre del parque. En una asamblea vecinal se decidió que el nombre del parque fuera el de Amelia Chiner, directora de uno de los primeros colegios laicos y mixtos del vecino barrio Llamosí y muy querida en Beteró.