La puesta en valor del Tinglado 2 es una de las actuaciones más destacadas de La Marina de València. Con el proceso de la rehabilitación integral de este edificio histórico, La Marina abría el pasado verano un concurso de ideas para convertir la zona situada entre el edificio y el barrio del Grau en un gran espacio público de más de 10.000 m2 con la implicación de la ciudadanía. Los adjudicatarios del concurso han sido el Grupo Aranea y El Fabricante de Espheras.

Ambos estudios de arquitectura han reunido a un equipo multidisciplinar de 17 colaboradores con roles definidos que aportarán su experiencia en diferentes campos. Los coordinadores el proyecto son Marta García Chico, como coordinadora general; Francisco Leiva, responsable de mejora urbana y Clara Cascant, responsable de participación.

Ligar el mar con la ciudad a través del Tinglado 2, poner en valor este edificio histórico, promover la implicación activa de la ciudadanía en la revitalización de La Marina y ensayar formas más democráticas de producir el espacio compartido, eran las principales inquietudes del Consorcio València 2007 al lanzar la convocatoria, que se sitúa en el campo de hacer ciudad con la ciudadanía para la ciudadanía.

Una licitación inédita

Tras dos años de trabajo, vio la luz la licitación, con un planteamiento de pliego y de proyecto inédito hasta el momento en el que se pidió a los equipos una metodología de trabajo en lugar de un proyecto cerrado, dando importancia a la humanización y mejora del espacio público mediante un proceso de creatividad y participación ciudadana. “Queremos que la gente sienta suyo el espacio, y que su construcción sea una experiencia compartida”, asegura Chema Segovia, responsable de Estrategia de Espacio Público de La Marina de València. “Buscamos conectarnos con formas de trabajar emergentes que se están extendiendo por todo el mundo”, afirma.

Un proyecto de alcance internacional

El concurso, en el que se buscaba no solo una buena idea sino también un grupo de personas organizado para ponerlo en marcha, recibió 12 propuestas que reunieron a un total de 30 equipos de trabajo: 17 de ellos locales y 4 internacionales, que sumaban 130 personas en grupos de entre 6 y 17 personas. Sobre la formación de los profesionales que integraban los equipos, un 62% eran licenciadas en arquitectura o ingeniería, un 22% en sociología o humanidades afines, 10% en comunicación y 6% en otras disciplinas. Asimismo, la edad media de los participantes estaba entre los 30 y los 45 años, con un 52% de mujeres.

El conjunto de equipos presentados retrataba un sector profesional acostumbrado al trabajo colaborativo, y curtido en contratos para administraciones municipales, con un bagaje sólido y mucha energía para encarar el complejo reto de humanizar el entorno del Tinglado 2.

“Hicimos un planteamiento de pliego y de proyecto como no se había hecho hasta ahora y se han presentado doce de los mejores equipos del mundo”, asegura Ramon Marrades, director estratégico de La Marina de València. De hecho, el concurso buscaba un proyecto integral que englobara desde el proceso de ideación del espacio y participación ciudadana hasta la ejecución del proyecto, que también tendrá elementos participativos.

“El desarrollo de este proyecto supone un avance en el método de construir el espacio urbano en València. Y por la dimensión del mismo, por la relevancia de los elementos patrimoniales incluidos en él y por situarse en el Port Vell de la ciudad auguro una importante repercusión pública. La recuperación y mejora del espacio público por parte de la ciudadanía contribuye al fortalecimiento de la comunidad local, que lo hace suyo, lo protege y lo mejora. Este proceso de apropiación del espacio público, a su vez, lo hace más apreciado en los procesos de retención y atracción de talento e inversiones, en definitiva para el desarrollo social y económico de la comunidad local”.

Zona peatonal en 2020

Entre los requisitos de la licitación estaba que fuera un equipo multidisciplinar con un proceso de trabajo de entre 12 y 14 meses, con varios puntos de control y uno de inflexión, en el verano de 2020, en que la zona se convertirá en un espacio peatonal. Pero sin duda lo más innovador del proyecto, cuya finalización está prevista para 2021, es el proceso de implicación ciudadana en la construcción y usos del entorno de este edificio histórico.

Un equipo multidisciplinar

El estudio alicantino Grupo Aranea y el valenciano El fabricante de Espheras, que ya contaban con una experiencia común previa, han unido fuerzas en este proyecto que cuenta con otros colaboradores de ámbitos como la gastronomía, psicología, fotografía o acción social, que darán forma al proyecto mediante iniciativas de implicación ciudadana.

Grupo Aranea cuenta con una amplia experiencia en proyectos arquitectónicos, muchos de ellos con participación ciudadana, que han obtenido reconocimientos nacionales e internacionales como la ordenación de la Fachada Marítima de Calpe, la Biblioteca de San Vicente del Raspeig, la rehabilitación del cauce del río Vinalopó a su paso por Elche o el Centro de Talasoterapia de Gijón, que formó parte de una exposición sobre la nueva arquitectura española en el MOMA de Nueva York. Por su parte, el fabricante de Espheras, posee una fuerte vinculación al patrimonio cultural y trabaja centrado en la “identidad de los lugares”, en la que el pasado del lugar y la voz de sus habitantes tienen un poder determinante. El Fabricante ha desarrollado proyectos de recuperación de patrimonio como el Palau-Castell de Betxí, el Palau Comtal de Onda, o la plaza de la Sinagoga, en Onda.

Fases del proyecto

Tras la puesta en marcha interna de los equipos, la primera fase de participación ciudadana del proyecto comenzará a principios de 2020 primero en colegios, institutos y asociaciones de Poblats Marítims, con el objetivo de implicar a todos los actores de la zona. Posteriormente, en primavera, el proceso se abrirá a toda la ciudadanía mediante acciones lúdicas y creativas que implicarán tanto a los ciudadanos como a instituciones como las facultades de Arquitectura de Alicante y Valencia. A principios de 2021 estará finalizado el proyecto para poder dar comienzo a las obras definitivas, que también serán ejecutadas por el equipo adjudicatario.