«No quiero ni satanizarles, ni que tengan que cerrar el negocio ni nada parecido. Pero sí que hay que llamar la atención sobre lo que es una realidad: no se puede tratar así ni a una persona ni a un perro guía». La Asociación de Usuarios de Perros Guía de la Comunitat Valenciana se ha sumado también a su denuncia. La de los sucesos que tuvieron lugar en un establecimiento de la avenida Peris y Valero, en los que una mujer, que tiene una discapacidad visual casi completa, no pudo permanecer en el comercio con su perro guía. Algo que la asociación considera como «un incidente desagradable».

La propia afectada, Maite Marco, explica que el conflicto surgió «al entrar en el establecimiento con una amiga y con el perro. El dependiente nos dijo que hiciéramos el favor de dejar el perro fuera. Yo le dije que no porque es un perro guía y este tipo de animales tienen la potestad para poder acompañar a su propietario en cualquier establecimiento».

A partir de ahí, según la denunciante, se produjo una discusión sin acuerdo. «Me dijo que, como iba acompañada de mi amiga, no me hacía falta el perro. Yo le decía que no, que estaba desconociendo la norma de los perros guía. Luego, me dijo que había un cartel de "Reservado el Derecho de Admisión" y que la tienda era una propiedad privada. Y yo le volvía a decir que no, que se estaba equivocando, que los perros pueden entrar en espacios públicos y privados... al final acabó por decirme que me fuera de su casa. Y eso es lo que verdaderamente me dolió, porque me estaba marginando».

«Una hora desagradable»

Maite se mostró dolida «por el desconocimiento y, sobre todo, por esa sensación de indefensión. Los ojos de la perra son los míos. Pedí el libro de reclamaciones y me dijo que no me lo daba porque no había llegado a comprar nada». Finalmente «acabó diciendo que nos fuéramos de su casa. La cogió del arnés y nos forzó a salir del local. Fue una reacción muy desagradable. No lo quiero dramatizar porque no es esa la cuestión. Porque ni le hizo daño a la perra, ni a mi amiga, ni a mi. Eso sería faltar a la verdad. El daño fue la sensación de sentirme expulsada de un lugar». Ella y su amiga acabaron por llamar primero a Emergencias y después a la Policía Nacional. «Fue una hora y muy desagradable por lo que supone». «Liberty», una labradora color canela y adiestrada en Estados Unidos es el nombre de la perra guía, que convive con la paulatina pérdida de visión de Maite desde hace siete años. «Es incapaz de acercarse, de dañar o de hacerle algo a ninguna mercancía».

«Mayor concienciación»

La asociación se ha puesto inmediatamente del lado de la usuaria y reclama «una mayor concienciación y solidaridad para que estos hechos no vuelvan a ocurrir y las personas ciegas o deficientes visuales que necesitan auxiliares de movilidad, como es el bastón o perro guía, no sean discriminadas». Incluso puso el tema en conocimiento de la Hermandad de San Antonio Abad para dar a conocer el tema, entidad que también ha hecho hincapié en que «los perros guía son los ojos de las personas con problemas de visión y es preceptivo saber en todo momento qué es y la utilidad de un perro guía con una persona ciega».