Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Urbanismo

Antiguos caminos de València

El Camino Real de Madrid es el más antiguo de todos, coincidiendo su trazado con el de la Vía Romana Heraclea, que luego fue la Vía Augusta

Cruz Cubierta en el Camino Real de Madrid. A la izquierda los restos de la Alquería de la Cruz. f archivo cuyás

València, como cualquier núcleo principal de un territorio, era el centro neurálgico diario tanto de entrada como de salida de mercaderías y materias primas. La ciudad representaba el lugar de venta perfecto para colocar los productos de la extensa huerta que la rodeaba; trigo, maíz, hortalizas y frutas eran los principales productos básicos para la alimentación, y el cáñamo, uvas, aceitunas y seda para su transformación en las industrias de la ciudad. Para acceder a ella, cuatro eran los principales caminos: el de Morvedre, el del Grao, el de Quart y el Camino Real de Madrid.

Tenemos que recordar que hasta 1865 la ciudad se encontraba amurallada y los caminos partían de las puertas de la misma o en la ronda de las murallas. Extramuros, la ciudad estaba rodeada de huerta; ésta tenía una organización dispersa de la población en viviendas aisladas vinculadas a sus cultivos, a excepción de algunos pequeños núcleos de población. El tipo de viviendas que podemos encontrar junto a los caminos o cercanas a ellos es diverso y con claras diferencias en su fisonomía arquitectónica. Podemos encontrar: Barracas de planta rectangular con muros de adobe y con cubierta a dos aguas hecha de cañizo o de paja de arroz; alquerías formadas por varias construcciones, unas servían de vivienda y otras para guardar utensilios y aparejos propios de la actividad agraria; y casas de campo hechas de ladrillo con muros de tapial con la función de vivienda de familias campesinas.

En este primer trabajo, vamos a tratar los caminos correspondientes a la zona sur de València: el anteriormente mencionado Camino Real de Madrid, el Camino viejo de Picassent, el de Torrent, el de Jesús, el del Cementerio y el del Cementerio del Hospital, así como los caminos secundarios que servían de enlace entre los principales. Hablaremos de sus trazados hasta sus cruces de término, alquerías, núcleos de población y edificios singulares.

CAMINO REAL DE MADRID

Conocido también como Camino de Xàtiva, Real de Xàtiva o de San Felipe, es el mas antiguo de todos y coincide con el trazado de la vía romana Heraclea, que conectaba Roma con Gades (Cádiz), más tarde se le llamó Vía Augusta.

Este camino empezaba en la puerta de San Vicente, actual plaza de San Agustín, y conectaba con las poblaciones inmediatas a la ciudad como Alfafar, Benetússer, Massanassa, Catarroja y ya más lejanas Xàtiva, Villena y Monforte. En 1765 un nuevo trazado une Madrid con València pasando por la Mancha desde Almansa a la Font de la Figuera conectando con el antiguo camino. Con este nuevo trazado también se modificó el que unía València con Catarroja, convirtiéndolo en una línea recta que hoy en día aun persiste. Son de esta época los puentes diseñados por Simón Desnaux, ingeniero militar francés; uno, en Catarroja construido por Vicente Gascó, de cinco arcos de planta oblicua a la carretera y con tajamares redondeados, y otro junto a la Cruz Cubierta denominado Puente de la Rambleta, construido con tres arcos en el año 1766.

Varias son las construcciones importantes en este camino; la principal por lo que representa y por su historia es el Convento de San Vicente de la Roqueta, casi en la confluencia con la Plaza de España y rehabilitado recientemente. Este conjunto de edificios estuvo a punto de desaparecer en el siglo XX dadas las malas condiciones del inmueble, pero gracias a arquitectos y personalidades como Emilio Rieta, Manuel Sanchis Guarner, Felipe Mateu y Vicente Castell se pudo detener su demolición. Estos edificios albergaban parte de la historia religiosa de uno de los patrones de la ciudad pues según la tradición, en este lugar fue enterrado San Vicente Mártir; esta teoría quedó mas refrendada en 1985 cuando se descubrió en el claustro del convento una necrópolis cristiana fechada aproximadamente en el siglo IV; estos cementerios surgían siempre alrededor de una tumba de algún personaje famoso, religioso o histórico. El primer edificio que se construyó en este lugar fue una basílica en honor a San Vicente Mártir, convirtiéndose en lugar de peregrinaje en su festividad. Según algunas teorías, esta iglesia permaneció abierta al culto aun bajo la dominación islámica y tras la conquista de Jaime I en 1238, con privilegios y donaciones reales, se construyó un monasterio, una iglesia y un hospital pasando el conjunto a ser considerado como el santuario conmemorativo de la conquista de la ciudad. La iglesia era de una sola nave con pequeñas capillas entre los contrafuertes; junto a ésta se encontraba el modesto monasterio y enfrente el hospital que funcionó como tal hasta 1512.

En el siglo XVII tanto el templo como el monasterio sufren una modernización a cargo del maestro de obra Francesc Rubio. Posteriormente con la llegada del ejército francés en 1808, el conjunto sufre desperfectos al colocar el campamento en el huerto. En 1837 la comisión de fortificación de la ciudad ordeno el derribo de la torre y el testero de la iglesia con el fin de que no lo pudieran utilizar las tropas carlistas; al año siguiente se vendió el conjunto pasando a ser utilizado como viviendas y posada. Ya en 1879 las monjas Agustinas del derribado convento de San José y Santa Tecla de la calle del Mar adquirieron el antiguo monasterio por 100.000 pesetas, procediendo a hacer una gran rehabilitación a cargo de Antonio Martorell para cubrir las necesidades de las monjas. También sufrió un incendio durante la guerra civil y sus moradoras fueron expulsadas del edificio al que retornaron al finalizar la contienda. Allí permanecieron hasta 1973, fue puesto en venta y adquirido por el ayuntamiento de la ciudad. El templo, que ya pertenecía al Arzobispado, albergó la parroquia de Cristo Rey. En el año 1978 este convento fue declarado como Monumento Histórico-Artístico.

Otra construcción histórica que podemos encontrar aun en nuestros días en este camino es la Cruz de Término conocida como Cruz Cubierta, anteriormente llamada Cruz de San Felipe, situada en la calle de San Vicente en el cruce con la Rambleta. Existen datos de ella desde el siglo XIV; en 1406 se retira la antigua cubierta de madera pues debido al mal estado de conservación se temía su desplome. El encargado de la restauración fue un maestro de obra de fusta llamado Joan del Poyo, un genio artesano con importantes conocimientos técnicos en construcción; fue ayudado por otros dos maestros Jaume Gallent y Pere Abelló. El primero, Gallent, en 1441 realizó una maqueta en madera para la nueva torre que se iba a construir en la cámara de los ángeles del Palacio Real de València. La actual cubierta se realizó en 1940 dejando una cúpula piramidal de tejas árabes sobre cuatro pilares de sillería formando otros tantos arcos ojivales.

La cruz se debe a un proyecto encargado al maestro Joan Llobet en 1414 aunque tardó unos años en realizarlo. El maestro Pere Balaguer fijó el justiprecio a Llobet en los trabajos de la cantera de Bellaguarda en Benidorm de donde se obtuvo la piedra para la construcción de la Cruz cuyo diseño fue el de una cruz calada formada por hojas talladas con la figura de Jesús crucificado y a sus pies las de la Virgen María y San Juan sobre un capitel con el escudo de València que descansaba encima de una columna poligonal con una grada redonda en su base.

Como edificios privados más notables de este camino se encontraban: la alquería de la época bajomedieval y el molino del siglo XIX del Marqués del Tremolar que estuvieron situados donde después estuvo el antiguo Parque de Ingenieros; la posada de los tres caballos de finales del siglo XIX que ocupaba el n. 284-286 de la actual calle San Vicente; la alquería de la Cruz de finales del siglo XIV situada en el cruce de San Vicente con la calle Tomás de Villarroya; el molino de la Cruz del siglo XVII en el camino de la Rambleta y la Ermita de Nuestra Señora del Rosario en lo que hoy es el n. 328 y 330 de la calle San Vicente.

CAMINO ANTIGUO

DE PICASSENT

Este camino comunicaba la ciudad con la población de Picassent, se iniciaba en la actual calle Marvá arrancando desde el Camino Real de Madrid y discurría por la calle Albacete, Carcagente y llegaba al molino de Jesús junto al Convento de los Franciscanos buscando por la calle Gaspar Aguilar la calle Jaime Beltrán hasta el Cementerio General y de ahí a Picassent atravesando varios municipios.

Gracias a los libros de sotsobrería de Murs i Valls tenemos noticias de este camino desde principios del siglo XV donde quedaron reflejados construcciones y reparaciones de puentes y caminos importantes. Son incontables las alquerías cercanas a este camino, bien dispersas a lo largo de él a veces conformando minúsculos núcleos podemos destacar algunas anteriores al siglo XIX por ejemplo la de Albors, Roca o Escrivá.

Tambien merece destacarse el molino de Gábia junto al Braç del mismo nombre de la acequia de Favara, del que se alimentaba para mover sus mecanismos hidráulicos; hoy quedaría frente al Tanatorio Municipal. En la misma zona encontrabamos el molino y la alquería de Closa del bajomedievo y la casa de Chaumet del siglo XIX.

La Cruz de término de este camino se encuentra en el límite de la ciudad y la población de Paiporta, se le conoce como la Cruz de Alba o Desmochada, ya que desde finales del siglo XVIII aparecía sin capitel ni cruz. Está formada por una grada de tres peldaños, sobre ellos una base de ocho lados y una columna poligonal de estilo gótico; sobre la columna y actualmente sin capitel, una cruz de finales del siglo XIX. Actualmente junto a la cruz se pueden ver vestigios de aquel camino representados en el suelo con dos tipos distintos de empedrados, al lado de la cruz hay un pequeño puente sobre la acequia de Favara que facilita el acceso a la alquería de Alba y a su ermita de Nuestra Señora de los Desamparados.

CAMINO DE TORRENT

Unía la ciudad con la población de Torrent; su inicio lo encontramos en la ronda de murallas a la altura del camino de Arrancapins, al que podía accederse por dos lugares: La Vuelta de los Gitanos, actual Ángel Guimerá y por la calle de Mena. Pasaba junto a Patraix por su lado oeste para seguir paralelo a Archiduque Carlos hasta llegar a San Isidro y de ahí a la alquería de Burguet del siglo XVII , junto a ella la Cruz de Término conocida como la de Burguet; hoy en día está trasladada a San Isidro.

Las alquerías más conocidas de este camino fueron las de Bartol, Rocatí y la de Baix.

Las huertas de esta zona se regaban con las aguas del Brancal des Frares, el Braç de Cama, de March, del Caragolero y el Braç Fondo además del Roll del Pellicer, la Sequia de Andarella y el Riego. Todos ellos Brazos de la acequia madre; la Séquia de Favara.

CAMINO DE JESÚS

Conectaba la ciudad con el núcleo de Jesús, conocido también como Camino nuevo de Jesús, ya que antes de la apertura de este camino, se utilizaba para llegar ahí el Camino viejo de Picassent que pasaba por las alquerías lindantes al convento de Jesús. Partía desde la ronda de murallas correspondiendo en la actualidad al inicio de la misma calle Jesús y llegaba hasta el convento de Jesús donde aún podemos encontrar frente a la iglesia, el pedestal de piedra que formaba parte de la cruz de término y en el que se puede ver el escudo de los Fenollar.

El edificio más notable de este camino lo encontramos en la primera manzana y dimos cuenta de él en otro artículo en agosto de 2018; se trata del Pecado Mortal, lugar en el que las familias con posibles ingresaban en el convento conocido como del Santo Zelo a sus hijas que siendo solteras habían quedado embarazadas con el fin de que ni conocidos ni familia se enteraran de tan deshonroso problema.

En el final del Camino de Jesús, encontrabamos el molino del mismo nombre, el convento franciscano y la Iglesia de Santa María de Jesús de 1428. Estos edificios ocuparían en la actualidad toda la manzana que forman las calles Jerónimo Muñoz y Compromiso de Caspe. El molino fue construido en la época bajomedieval, era de tres muelas y según la época fue harinero o arrocero. La huerta que acompañaba al Camino de Jesús estaba regada por el braç de Raiosa, de Sant Jeromi y el de Jesús, todos eran ramificaciones de la Acequia de Favara.

CAMINO DEL CEMENTERIO

Con el decreto municipal de Enero de 1805 y según la Real Orden de Carlos III de 1787, por el que se debían sacar los cementerios parroquiales de la ciudad, en 1807 se construye el Cementerio General y se apertura un nuevo camino que une el final del Camino de Jesús con el nuevo Cementerio. Este trazado se realiza completamente recto siguiendo las nuevas normas urbanísticas para la construcción de caminos donde se buscaba la simplicidad del trazado entre dos puntos por ésto el antiguo Camino de Picassent desde la calle Jaime Beltran hasta el cementerio varió su anterior trazado al coincidir con el nuevo Camino del Cementerio.

A mitad de este camino, sorprende un edificio industrial que pervive con la sobriedad con la que fue construido en 1908; de corte clásico y con una particular chimenea redonda. Se trata de la Central Térmica «La Valenciana», edificio que en la actualidad explota Iberdrola.

Las alquerías más representativas de este camino fueron las de Coscolló, de Real, la de Corrales y la de Furrat así como la barraca de Boix y la de Nelica. Su huerta también estaba regada por el Braç de Jesús, los roll de los Monges, de Tomasset y de Roselló; todos ellos también pertenecientes a la acequia de Favara.

CAMINO DEL

CEMENTERIO DEL HOSPITAL

Este camino unía la ciudad con el núcleo de población de Patraix por lo que también se le conocía como Camino de Patraix. Se iniciaba en la ronda de murallas, exactamente donde estaba el desaparecido Convento de Belén en la esquina de la calle Cuenca con Guillem de Castro. Su nombre viene dado porque pasaba junto al antiguo cementerio del hospital construido en 1797 y que hoy estaría entre las calles Cuenca y Pérez Galdós; justo al lado del que fue Dispensario Nacional Antituberculosos. Este Camino finalizaba en la actual calle del Beato Nicolás Factor.

Hasta aquí los principales Caminos de la zona sur de València pero también existieron otros caminos secundarios que unían los principales entre sí y que servían como acceso a parcelas o alquerías más dispersas. Algunos de ellos fueron:

ASSAGADOR DE LES MONGES. Unía el Camino del Cementerio del Hospital con el Camino de Picassent a la altura del Cementerio General. Su nombre viene dado porque pasaba por el Molino de les Monges acompañando el trazado del Braç de les Monges. Allí encontramos la alquería de Giner y la fábrica de seda de Santiago Dupuy de Lome construida en 1836 y conocida como La Batifora, que en la actualidad es un polideportivo.

CAMINO DE ALBORS/ESCRIVÀ. Unía el Camino Real de Madrid con el Camino viejo de Picassent conectando las alquerías de Albors, Roca y Escriva con la de los Lassala.

CAMINO DE MANDINGORRA O BURGUET

Unía el Camino Viejo de Picassent desde el Cementerio General con el Camino de Torrent en la alquería de Burguet y más concretamente en la Cruz de Burguet. Este Camino era uno de los más largos, atravesando las casas y el horno de Masena.

CAMINO DE FERRIOLS.

Unía el Camino Real de Madrid con el Camino viejo de Picassent. Transitaba entre la alquería del Canari, la de Corrales y el Hort de Senabre.

CAMINO DE LA ALQUERÍA DE LOS FRARES.

Unía el Camino de Torrent con el de Assagador de les Monges, encontrándose en su discurrir con las alquerías de Giner y de los Frares.

CAMINO DE LA RAMBLETA. Unía el Camino Real de Madrid con el Cementerio General y se llamó así porque su trazado discurría paralelo al barranco de la Rambleta. La huerta de este camino estaba regada por el Braç de Jesús, de les Monges y los roll de les Monges, el Tomasset y el de Patraix; todos ellos brazos de la acequia de Favara.

Como hemos podido constatar la huerta de la zona sur de València estaba ligada directa o indirectamente con una de las principales acequias, la de Favara. Esta acequia nacía en el azud que llevaba su nombre, justo donde ahora nace el nuevo cauce del río Turia en Mislata. Al llegar al molino de Nou Moles giraba en dirección Patraix, cruza la Rambleta y llega hasta el municipio de Albal.

A principio del siglo XX València experimentó un gran cambio urbanístico en esta zona sur: se reducen las huertas y la ciudad va absorbiendo los núcleos de Patraix y Jesús. En el Camino Real de Madrid, además de la edificación de viviendas, las fábricas van tomando parte de las orillas del camino dando origen a nuevos barrios como La Creu Coberta o la Rambleta. En cuanto al Camino del Cementerio también crece con los barrios de Ferriols, Albors, Guardiola, Emancipación y La Previsora. En la actualidad, estos caminos han desaparecido por el crecimiento de la ciudad, vinculado al desarrollo de las urbes que han hecho que se pierda el sabor a barrio casi totalmente, dejando muy pocas huellas de este idílico y anhelado pasado. Parece que todo vale ante el progreso.

Compartir el artículo

stats