L evante-EMV el 2 de diciembre de 2017 publicó un escrito de un servidor bajo el título «Larga vida el Cabanyal», que incluía una foto de una finca rehabilitándola, en la calle de la Reina del Cabanyal, zona afectada por la pretendida prolongación de la avenida Blasco Ibáñez, del PEPRI Cabanyal-Canyamelar.

Expresaba en el citado texto que «y que sirvan estas líneas como homenaje a todas las buenas gentes que han estado, están y estarán luchando por estos fines». Y como prueba adjuntaba foto de la finca, rehabilitándola, finalizando así: «Enhorabuena, paciencia y todos a trabajar. Larga vida al Cabanyal».

Pues bien, han transcurrido dos años y la situación de la zona, sobre todo en la «zona cero», ha cambiado radicalmente. Cualquier visitante que recorra la totalidad del barrio podrá comprobarlo, aunque, ciertamente, quedan restos del desastre que provocaron la difunta alcaldesa Rita Barberá y su Partido Popular, con su frustrado plan del Cabanyal y su avenida Blasco Ibáñez, partiendo en canal el barrio. Y esa comprobación positiva ha ocurrido porque todos los interesados, con el nuevo Ayuntamiento al frente, se han puesto las pilas y se nota.

Levante-EMV, con el título «El renacimiento del escorxador del Cabanyal», publicaba el martes pasado, 24 de diciembre de 2019, la reseña de la inauguración, por el señor alcalde Joan Ribó y la edil Gloria Tello, de la histórica sede de Salvem el Cabanyal, calle San Pedro, 36 (plena zona cero del Cabanyal), que se dedicará a «Archivo y centro histórico».

Llamaba la atención el resto de la calle San Pedro, muy especialmente destrozada por el gobierno anterior de Doña Rita Barberá, por su actual estado con una rehabilitación, en perfecto estado de revista, prácticamente finalizada.

Con idéntico planteamiento al expresado hace dos años, que también sirvan estas líneas para dar la enhorabuena a Salvem el Cabanyal, AA VV Cabanyal-Canyamelar y a cuantos han luchado, durante tantos años, contra el poder del Partido Popular, con su difunta alcaldesa Rita Barberá al frente, empecinados en destrozar este bello barrio marinero y pescador, que por algo fue declarado BIC, (dentro del Conjunto Histórico Protegido del Cabanyal-Canyamelar-Cap de França), «por su estructura en retícula, derivada de las alineaciones de las antiguas barracas, en las que se desarrolló una arquitectura popular, con clara raigambre eclecticista».

Añado que muchísimos expertos afirman que el Cabanyal es un verdadero museo al aire libre, por sus fachadas con espléndida cerámica, su estructura y, en otro aspecto, también importantísimo, su cercanía al mar Mediterráneo, tan inmensamente bien retratado por Sorolla.

Enhorabuena a los propietarios/rehabilitadores y al arquitecto David Estal, por su espléndido trabajo, en la finca fotografiada tal cual es en el momento presente.

Todos a seguir trabajando, que cada vez estamos más cerca del final de esta historia: feliz final, Cabanyal.