El vecindario usuario de la oficina de correos del barrio de San Isidro, ubicada en la calle Nicolau Primitiu, se encontró ayer en la puerta con una lacónica nota en la que se leía, textualmente, «Esta oficina permanecerá cerrada durante el día de hoy. Las oficinas más próximas se encuentran en... Disculpen las molestias». Un aviso para el «día de hoy», es decir, la jornada matinal de sábado. Las molestias serían normales en una semana en que la ciudadanía está acostumbrada a poder entregar o recoger cartas y paquetes en sábado. La cuestión se agrava cuando se está en víspera de Reyes.

Y eso es lo que convirtió ayer en un calvario la jornada a Mari Carmen y Antonio. «Y por lo que nos da la sensación según lo que nos han dicho en Atención al Cliente, no somos los únicos», indicaron.

La pareja había pedido a los Reyes Magos que les enviaran un paquete para la noche del 5 al 6. «El viernes por la tarde nos encontramos con el aviso de pasar a recogerlo», explicaban. Como es preceptivo, en el aviso figuraba la oficina y los horarios de recogida. Pero el sábado por la mañana, la puerta de la estafeta estaba cerrada. La consecuencia: que el juguete de Peppa Pig que la pequeña Alma, de dos años y medio, llevaba pidiendo a los Reyes desde hacía tiempo permanecerá, como mínimo, hasta el martes 7 en la oficina.

«Entendemos que hay cosas más importantes en la vida, pero es una cuestión que para cualquiera es importante. Se está faltando, sin previo aviso, a la prestación del servicio», criticaron.

La jornada de ayer fue un peregrinar por la «oficina más cercana» y por el edificio central de Correos, en la plaza del Ayuntamiento, donde no pudieron más que encogerse de hombros ante la imposibilidad de abrir la oficina. «Al parecer, ha sido una huelga». Así lo hace constar la pareja en la reclamación que ha presentado. «Gran contratiempo, mal servicio público y malestar con una compañía que es de todos», escribieron. No existe ninguna red social que avise de irregularidades «ni tampoco señalan en el resguardo el hecho de que hoy fuera a estar cerrada». La consecuencia «para nosotros y para todos los demás, que, seguro, están afectados por la situación», es que «los niños se han quedado sin los regalos y a ver cómo lo explicamos». Un problema, según la pareja, «de sensibilidad».