La presencia de un grupo de vecinos abortó ayer el desahucio previsto para hoy en el número 67 de la calle Vicente Brull. La acción judicial estaba prevista para las nueve y media de la mañana pero, para entonces, las personas convocadas fundamentalmente por las plataformas Espai Veïnal Cabanyal y Entre Barris (que habían hecho un llamamiento los días anteriores para apostarse junto a la puerta principal) habían taponado literalmente la entrada al edificio, con lo que ni siquiera hubo contacto entre una parte y otra. El desahucio afectaba a una pareja formada por Abraham y Francisca y dos niños de corta edad, de tres años y seis meses, a quienes el juzgado había notificado que debían abandonar el inmueble en el que residen en calidad de ocupación.

El de Vicente Brull 67 parece destinado a ser un edificio emblemático dentro de la lucha antideshaucios. La práctica totalidad de las personas que residen u ocupan las seis viviendas de este edificio viven en la precariedad del desalojo por parte de los actuales propietarios, una mercantil vinculada a una entidad bancaria. Tan sólo uno de los números está libre de cargas y demandas. Las plataformas vecinales critican que la finca pasó a manos de la entidad, procedente de su antiguo propietario, no informó a inquilinos y ocupantes de los trámites que tenían que llevar a cabo para abonar los alquileres. La falta de conocimiento -y, por ende, la situación cómoda de vivir sin pagar la vivienda-, tratándose además de personas con recursos económicos muy limitados derivó en el aviso de desahucio.

Como la comitiva judicial no hizo acto de presencia, los defensores de los habitantes recordaron que «hay que seguir pendientes por posibles nuevos anuncios».