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"En Benimaclet hay que recuperar el urbanismo para el ciudadano"

El profesor Andrés Boix presenta el informe que defiende que es rentable un PAI con 400 viviendas

Un momento del acto vecinal celebrado ayer en el centro de servicios sociales de Benimaclet. j.m.v.

El PAI Benimaclet, que promueve Metrovacesa y que pretende construir 1.345 viviendas en este pueblo de la ciudad, ha encontrado un rotundo rechazo social en la gente del barrio, organizada en la Asociación de Vecinos y en la plataforma Cuidem Benimaclet. Ayer por la tarde decenas de personas llenaron el centro de servicios sociales para atender en directo las conclusiones y alternativas que se pueden plantear a la actuación que tiene el beneplácito del departamento de urbanismo sostenible que dirige la vicealcaldesa Sandra Gómez. La Asociación de Vecinos de Benimaclet -por boca de uno de sus portavoces, Arturo Sanz- y Cuidem Benimaclet, en palabras de Marina Mijana, llamaron a los presentes a movilizar a amigos, familiares y conocidos para que la manifestación convocada para el domingo 26 de enero «sea un éxito» y el PAI sea replanteado o paralizado.

Andrés Boix presentó el estudio realizado por él mismo y otra profesora de la Universitat de València Reyes Marzal, que concluye que es económicamente viable desclasificar este sector, por 11,4 millones que debería pagar el Ayuntamiento si quisiera devolver los terrenos del actual sector PRR-4 a su estado original. «Es una decisión política -explicó- que debe tomar el actual Ayuntamiento de València». Porque, según Boix, es perfectamente posible hacer un PAI con muchas menos viviendas de las propuestas por Metrovacesa -1.345 viviendas- y la empresa promotora obtendría «un beneficio razonable». Sin embargo, la clave está en que València «tiene una oportunidad histórica de diseñar una ciudad basada en los ciudadanos y en lo que quieren sus vecinos, y no como ha ocurrido durante años, una ciudad con el urbanismo que quieren los promotores y en el que el Ayuntamiento había delegado en las constructoras».

Además, «la oportunidad histórica reside en diseñar y consolidar una transición amable entre la ciudad y la huerta» porque como dijo Boix este PAI dañará «la fachada nordeste de València» porque choca con los objetivos incluidos en la Agenda Urbana 2030 y los modelos de crecimiento sostenible que también defiende el Govern de la Nau. Por ende, si los actuales responsables del consistorio dan vía libre a construir cientos y cientos de inmuebles en el sector, «el beneficio que obtendrá el promotor y constructor será brutal». La opción de transformar el plan de Metrovacesa y bajar al máximo la edificabilidad de la zona, de 1.345 a 400 viviendas es la que más gusta a la Asociación de Vecinos que preside Javier García Márquez.

Por su parte, Cuidem Benimaclet tiene como «principal objetivo parar el PAI» y lograr «la desclasificación» de los terrenos para que pasen de «suelo urbanizable a no urbanizable», tal como señaló Marina Mijana. Para la portavoz de esta plataforma, los colectivos cívicos y sociales tienen que movilizarse para implementar «un urbanismo, no de especulación, sino para el beneficio de barrio», manifestó.

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