El agujero de la vergüenza de Orriols, término que acuñaron los vecinos del barrio a un boquete abierto por ellos mismos en la calle Agustín Lara para poder pasara la avenida de la Constitución, continúa siendo protagonista casi 30 años después de su apertura. Si el año pasado se anunció el acuerdo para acabar con esta infamia urbanística, un tapón en toda regla, ayer la vicealcaldesa y titular de la concejalía competente, Sandra Gómez, firmaba por fin el documento por el que la empresa privada Metrovacesa desarrollará un Plan de Actuación Integrada (PAI) que no sólo abrirá esta calle, sino que generará una nueva zona verde.

Gómez rubricó ayer con Metrovacesa el convenio que servirá para iniciar el PAI de Agustín Lara y que permitirá comunicar la calle Baeza con la de Agustín Lara. «Con esta actuación no solo quedará resuelta la conexión entre ambas calles, sino que se gana una zona verde para el vecindario», indicó la vicealcaldesa quien puso de manifiesto una actuación que acaba «con décadas de abandono y degradación a las que el Partido Popular había condenado a este barrio».

Los trabajos de reurbanización permitirán una reordenación urbanística de la edificación del ámbito, con objeto de la apertura de la calle Agustín Lara hasta la avenida Constitución, la creación de una nueva zona verde que no estaba prevista en el planeamiento, y el cambio de la tipología edificatoria adaptándola a la mayoritaria en esa zona de la ciudad.

Metrovacesa es la promotora de este ámbito, en el que se prevé construir dos bloques residenciales con garaje y con hasta siete alturas y jardín. La edificabilidad no se incrementa respecto a lo proyectado con anterioridad y las futuras viviendas contempladas son, en total, 193.