El Ayuntamiento de València trabaja en potenciar las energías renovables con la instalación de placas solares para autoconsumo tanto público como particular y confía en, como mínimo, duplicar en un año la cantidad de energía que genera actualmente para autoabastecer los edificios municipales. Además, para favorecer que los vecinos también instalen placas fotovoltaicas, estudia agilizar y facilitar los trámites para los permisos, así como bonificaciones fiscales, según explica el concejal de Emergencia Climática y Transición Energética, Alejandro Ramón. Ramón (València, 1988), de Compromís, recuerda que hasta que se derogó el conocido como impuesto al sol, «había muchas limitaciones tanto a nivel particular como municipal para el autoconsumo», aunque sí había «voluntad municipal».

«A partir de esta legislatura vamos a poder despuntar y empezar a producir energía renovable y limpia a nivel municipal», augura el edil, que explica que junto a la Concejalía de Servicios Técnicos Centrales ya estudian en qué cubiertas municipales podrían seguir instalando placas solares para autoconsumo de sus propios edificios. Las últimas en instalarse han sido las del cementerio, el centro de juventud de Campoamor y las oficinas «Punt de Ganxo» que contribuyen, junto al resto, a generar aproximadamente medio megavatio de potencia (500.000 kW) para generar energía para el autoconsumo edificios municipales.

«Ahora que ya tenemos facilidades de la normativa, queremos impulsarlo. No nos hemos puesto una fecha pero estaría bien en doce meses duplicar, como mínimo, la cantidad de energía fotovoltaica que se genera actualmente», apunta el edil, natural de Castellar-l’Oliveral.

Bonificaciones a particulares

En el ámbito particular, lamenta que los trámites «son dificultosos» y requieren modificar la ordenanza de urbanismo «para agilizar permisos», algo que confía estará a principios del 2021, e incide en que estudian cómo «encajar» bonificaciones fiscales a particulares que instalen placas solares. El concejal valora la puesta en marcha de la Oficina de Energía, en la que los técnicos, de forma gratuita y como «servicio estrella», estudian las facturas y analizan cambios en la potencia, las tarifas en función de los hábitos y los servicios contratados para «abaratar el consumo». «Se ha conseguido de media bajar anualmente entre 200 y 300 euros la factura», resalta y añade que, «se consume menos y por tanto también se contamina menos, y se reduce la huella de carbono y la emisión de gases de efecto invernadero».

Incluso hay técnicos que van a las viviendas y «visualmente hacen una inspección» para aconsejar a los propietarios cómo ahorrar, bien con la ventanas, el cambio de bombillas o la desconexión de aparatos eléctricos.

Ante la buena respuesta ciudadana, la Concejalía estudia abrir más oficinas a pie de calle, con menos técnicos pero igualmente con un horario amplio.

El también concejal de Agricultura, Alimentación Sostenible y Huerta valora que «la conciencia individual de los ciudadanos avanza mucho», especialmente en alimentación sostenible y gestión de residuos plásticos y destaca el valor añadido que da a València su huerta periurbana.