«Estamos viviendo una hermosa jornada de simbiosis y unión entre la cultura china y la cultura española, entre los chinos y los valencianos, en definitiva, con motivo de la celebración del Año Nuevo Chino que hoy festejamos (por ayer)». Así de satisfecho se mostraba el director del Instituto Confucio de la Universitat de València Vicente Andreu quien subrayó que la Gran Cabalgata del Año Nuevo Chino, y en general todas las actividades culturales y lúdicas desarrolladas durante todo el día, «han sido un éxito rotundo» de organización y además destacaron «por la mayor alfuencia de público» que registraron respecto a 2019. La actividad estrella fue la Gran Cabalgata, en la que los dragones y leones de reminiscencias mitológicas tomaron el centro de València. Se inició a las 18, 30 horas, en la calle Pelayo y terminó hacia las 20 horas en la plaza del Ayuntamiento.

El concejal de Hacienda Ramón Vilar, que también asistió al acto de la tarde, subrayó que «ha venido muchísima gente, familias enteras, niños y gente joven, en mi opinión más que el año pasado», dijo. La plaza del ayuntamiento y los aledaños se llenaron de un entusiasta público que desde las 17, 30 horas quería reservarse un buen sitio para ver en directo el singular pasacalle. Y eso que amenazó lluvia todo el día e incluso chispeó un poco a media tarde y a última hora.

Delante del multicolor pasacalle marchaba el correfoc, con fuegos artificiales, y a continuación, la «batucachina», grupo de percusión, que ha duplicado su número de músicos respecto a la edición del año pasado, y cuyos músicos han adaptado ritmos chinos y piezas orientales a los bombos y los tambores.

Detrás marchaban los figurantes y bailarines que dan vida al Baile del Dragón y del León, sin duda la atracción que más agrada a los valencianos y chinos que viven en nuestra ciudad y que ayer no quisieron perderse esta fiesta.

También son muy llamativas para el gran público las exhibiciones de artes marciales, con armas y sin ellas, de los especialistas en Taichi y Wushu. Más las hermosas carrozas y desfiles étnicos. Vicente Andreu resaltó que este año se ha incrementado un 30% el número de participantes en la Gran Cabalgata, tanto de niños como de adolescentes y adultos de origen chino. Todos ellos iban ataviados con sus trajes tradicionales e hicieron las delicias de los espectadores.

La comunidad china, la tercera más importante de la capital autonómica, recibió junto a los valencianos, la llegada del año 4718, al que un castillo de fuegos artificiales dio la bienvenida en la plaza del ayuntamiento. Por la mañana, en este mismo enclave, no faltaron exhibiciones de artes marciales, cantos y bailes tradicionales, más talleres de caligrafía china que enseñaron a los españoles cómo se escriben sus nombres en chino.