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Argumentación

Compromís dice que las restricciones al coche en Colón las avalan las urnas

La vicealcaldesa justifica la reordenación de la «milla de oro» por la peatonalización de las plazas - "Era previsible", dice la socialista Sandra Gómez

La calle Colón, Milla de Oro valenciana, que será objeto de una nueva remodelación. f. b.

El vicealcalde y concejal de Ecología, Sergi Campillo, de Compromís, salió ayer en defensa de la remodelación de la calle Colón anunciada por su compañero de filas y concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, que convertirá la milla de oro en una vía casi de uso exclusivo para autobuses, taxis y ciclistas, al reducir el espacio para el coche privado a un único carril. Campillo aseguró que la batalla al coche privado y la descarbonización del centro de la ciudad están avaladas por las urnas. En la rueda de prensa posterior a la junta de Gobierno y en respuesta a preguntas de los medios de comunicación, Campillo apuntó sobre la remodelación de la calle Colón que toda reforma genera un rechazo inicial porque hay «unos usos y costumbres difíciles de cambiar».

El Govern del Rialto cuenta con la experiencia de la legislatura pasada, recordó Campillo, en la que a Grezzi le han llovido las críticas por medidas como los nuevos carriles bici de Constitución o de la avenida del Regne de València. «Los cambios fueron muy criticados en la pasada legislatura pero en [las elecciones municipales del 26 ] mayo de 2019 la ciudadanía ratificó estas políticas».

La calle Colón contará a partir del 23 de marzo con un doble carril para autobuses de la EMT y taxis (en la actualidad solo hay uno), un carril bici, y otro para coches. Colón absorberá las líneas de autobuses de la plaza del Ayuntamiento, que se peatonalizará en gran parte después de fallas. La remodelación de la calle Colón, que quedará como vía de conexión de los nuevos intercambiadores de la EMT de Porta de la Mar y Xàtiva, era «inevitable» tras la peatonalización de la plaza del Ayuntamiento, destacó Campillo.

La reforma de Colón supondrá que desde la Porta de la Mar únicamente se pueda acceder a esta calle en autobús público o en taxi y que el tráfico privado lo tenga que hacer solo a través de Conde Salvatierra o de otras vías situadas en el mismo lateral.

Campillo insistió en la necesidad de pacificar la plaza del ayuntamiento, que «se había convertido en una rotonda de tráfico» y «la única posibilidad era que las líneas se desviasen por la calle Colón», por donde pasarán 800 autobuses diarios, el doble que en la actualidad.

El concejal de Ecología Urbana lamentó las críticas de la oposición a la remodelación de la calle Colón y recordó que estas políticas se están llevando a cabo en todas las ciudades europeas y españolas, desde Bilbao hasta Sevilla.

Todos los cambios de movilidad siempre generan oposición, destacó Campillo. «Al principio pueden costar pero a la larga se aceptan porque es lo que se está haciendo en todos los sitios». «Hay que recuperar espacio para la ciudadanía y reequilibrar si queremos combatir el cambio climático.

Con el aval de sus socios

En la misma línea, la vicealcaldesa y concejala de Desarrollo Urbano, Sandra Gómez, apuntó que a nadie le ha podido sorprender las modificaciones aprobadas por Grezzi porque «se sabía que la recuperación de espacio público en la plaza del Ayuntamiento y la Reina iba a suponer un cambio importante en el transporte público. Ya se adivinaba que eso repercutiría en la calle Colón».

Gómez recordó en este sentido que «hay una propuesta de los presupuestos participativos para humanizar Colón y esto va en consonancia con esta propuesta». Las medidas que se han llevado hasta ahora en Colón han reducido un 25% el paso de coches, apuntó la vicealcaldesa, como efecto positivo de las políticas de movilidad. La reordenación de Colón supone, dijo Gómez, «un reequilibrio» dentro de una estrategia de sacar el tráfico privado del centro, empezando por las plazas históricas, para llevarlo a las grandes vías. «Es una ordenación lógica y era lo previsible», insistió la vicealcaldesa.

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