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Polémica

La asociación Orriols Convive teme perder su sede social tras la denuncia de una vecina

La denunciante se queja del alboroto que se produce en el local, donde se organizan actividades culturales y educativas como la enseñanza del castellano o talleres de convivencia

La sede de Orriols Convive, ayer al mediodía. m. a. montesinos

La asociación «Orriols Convive» teme quedarse sin su sede social después de que una vecina les haya denunciado por «ruidos y molestias» y el próximo martes, 18 de febrero, se vaya a celebrar el juicio en el Juzgado de Instrucción número 12 de València. La persona denunciante, que ha acudido a la Policía Local en más de media docena de ocasiones para querellarse contra este grupo de ayuda social, es una vecina que vive en el piso de arriba y asegura que el «alboroto» producido por esta asociación le ha causado una enfermedad. Los agentes, sin embargo, nunca encontraron indicios de desorden o ruido.

«Orriols Convive» es un proyecto de desarrollo comunitario con más de 30 socios cuyo objetivo es promover un modelo de integración social e intercultural, basado en «la interacción positiva, conocimiento, reconocimiento mutuo y cooperación entre la población migrante y autóctona del barrio de Orriols».

En ese sentido, la presidenta de esta agrupación, María José Martín, explica que el local ha sido «siempre público» porque antes de entrar «Orriols Convive» fue un lugar de encuentro de la Universidad Popular y una academia de clases particulares: «Siempre ha sido una ubicación que ha tenido mucho movimiento y creemos que ha sido un problema personal antes que de convivencia».

En ese sentido, la noche de la inauguración del local, hace seis años, la vecina ya interpuso la primera denuncia: «No hacemos ruido, pero los niños, cuando se lo pasan bien, se pueden alterar, aunque vamos con mucho cuidado y les pedimos tranquilidad».

Ante las alarmas que despertó la vecina, la asociación tomó las medidas pertinentes para paliar esa desesperación: «No tenemos presupuesto para proteger todo el local con espumas absorbentes de sonido, pero sí que hemos aislado el espacio que comprende el piso de la vecina, aunque ella utilizaba la escoba para pegar en el suelo de su piso con el objetivo de avisarnos de su malestar».

Otra denuncia llegó por cantar villancicos en Navidad: «Solo cantamos por la tarde, a una hora prudente como las 18.30 y con instrumentos como la guitarra». Asimismo, la agrupación insiste en que «sus actividades son por la tarde con una finalidad de convivencia intercultural e inclusión social en el entorno comunitario». De hecho, la presidenta también cuenta que «muchas veces nos ha visitado la Policía Local por sorpresa ante las quejas de la vecina y nunca han visto indicios de desorden ni ruidos».

Su finalidad social está basada en diferentes proyectos. Los lunes y miércoles de 17.30 a 19 horas tiene lugar el programa «Orriols Educa», cuyo objetivo es que los niños tengan un lugar para realizar actividades escolares. También hacen talleres para aprender castellano tanto por las mañanas como por las tardes. Asimismo, más de 25 jóvenes de entre 12 y 16 años entrenan dos veces por semana en el equipo de fútbol juvenil que potencia esta agrupación, que también se encarga de recargar los bonos de autobús para que los adolescentes puedan desplazarse a los campos de fútbol de otros barrios de València.

Precisamente, ante el trabajo por la integración de los colectivos vulnerables y la lucha por la no discriminación, los Premios Periodísticos de la Policía Local galardonaron a «Orriols Convive» a finales del año pasado. Y, ante estas denuncias, la agrupación ha pedido a la propia Policía un escrito para que les defienda en el juicio.

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