El Ayuntamiento de València reconoció ayer el atasco de 4.000 licencias de actividad pendientes de resolver, dodo ello pese a haber reducido a la mitad las 8.300 que les dejó el PP en herencia. Así lo aseguraron ayer en el pleno la vicealcaldesa y concejala de Renovación Urbana, Sandra Gómez, y la de Espacio Público, Lucía Beamud, quienes aseguraron igualmente que en 2015 se tramitaron licencias de obra para 329 viviendas y el año pasado se cerró con 3.222 licencias tramitadas.

El Govern del Rialto ofreció estos datos en el debate de una moción de Ciudadanos, que fue rechazada, y de otra del PP a la que le presentaron una alternativa. Según esa moción alternativa, que la oposición no apoyó, el ayuntamiento acuerda continuar el trabajo que desarrolla «encaminado a reducir, como de hecho se ha producido, los plazos temporales de licencias».

Sandra Gómez valoró el esfuerzo por dotar el servicio de licencias de recursos humanos tras el «atasco monumental» que encontraron; y recordó que el Consell está a punto de aprobar la tramitación de licencias de Urbanismo por entidades privadas, además de defender que ya se «está haciendo» lo que piden Cs y PP.

Beamud, por su parte, reconoció el atasco, pero defendió que en cuatro años han reducido los expedientes de 8.285 a 3.706, precisando que «aún queda mucho trabajo», porque saben que las licencias «generan empleo».

El concejal del PP Juan Giner lamentó que haya «más de 4.000 expedientes sin resolver» y el horario de atención sea de solo dos horas y media.

Y el edil de Ciudadanos Rafael Pardo explicó que el retraso de las licencias es un «problema estructural» que supone «una barrera al emprendimiento».