El Ayuntamiento de València ha planteado una ampliación extraordinaria hasta 5 millones de euros para ayudar a las comisiones falleras a hacer frente al pago de proveedores y estudia con Hacienda la posibilidad de retrasar el pago de impuestos y tasas por la crisis de coronavirus. Según explicó el concejal de Hacienda, Ramón Vilar, la opción que se baraja es dilatar hasta el 30 de julio el pago del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y el impuesto de mesas y sillas (terrazas), pues eso es lo que permite la actuar ordenanza fiscal. Modificar la ordenanza dilataría el proceso tres meses, además de que siempre existe, según recordó el concejal, la opción de fraccionar los pagos a lo largo del año.

Estas y otras medidas fueron analizadas ayer por el alcalde de València, Joan Ribó, y los agentes económicos de la ciudad, a los que también se les trasladó que van a reorientar 1,1 millones de euros que se destinaban a impulsar la contratación a medidas de apoyo y liquidez a pymes y autónomos.

Fondo de Cooperación

Junto a Ribó compareció la concejala de Desarrollo Innovador de los Sectores Económicos, Pilar Bernabé, que añadió que van a incrementar esas líneas de ayuda con los 2 millones del Fondo de Cooperación Municipal y que las oficinas de València Activa asesorarán a pymes y autónomos sobre las ayudas de las diferentes Administraciones.

El presidente de la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV), Salvador Navarro, que también ha comparecido junto a ellos, reclamó «medidas coyunturales» para una situación conyuntural; apremió a Europa a «rebajar el nivel de déficit público» y consideró «vital» que no falte liquidez.

Ribó anunció que el ayuntamiento va a crear una comisión de seguimiento para «seguir día a día la gestión de la situación.