La peatonalización de la plaza del Ayuntamiento iba a convertirse en uno de los grandes hitos del Govern del Rialto en este mandato, pero la crisis del coronavirus ha dejado en el limbo esta gran reforma del espacio más emblemático de la ciudad. Ayer debería haberse cumplido el deseo compartido por Joan Ribó y su equipo de concejales con la ciudadanía de convertir para siempre la plaza en una zona de viandantes, pero todo sigue igual. Eso sí, con mínima presencia de vehículos. El estado de alarma ha paralizado todas las obras públicas y el Cap i Casal no es una excepción.
Cuando Pedro Sánchez anunció las grandes medidas restrictivas en materia de movilidad para frenar la expansión del coronavirus, se abrió una oportunidad para la obra pública, pues sin apenas vehículos circulando se podrían haber desarrollado los trabajos sin la presión que impone el tráfico habitual. Sin embargo, el decreto del gobierno también incluyó la paralización de estos trabajos en la vía pública, por lo que de oportunidad se pasó a resignación.
El concejal del Mobilitat Sostenible, Giuseppe Grezzi, admite que la peatonalización de la plaza del Ayuntamiento se queda, de esta manera, «en una especie de limbo». «Se iniciarán los trabajos en cuanto se levante el estado de alarma, tal y como estaba todo previsto, pero ahora mismo es imposible decir cuándo lo llevaremos a cabo porque no sabemos durante cuánto tiempo se va a prolongar esta situación», asegura el edil.
En esta situación no es viable hablar de plazos, insiste el regidor de Compromís. «No sé puede hablar ahora de cuándo podremos iniciar los trabajos, la verdad. Todo depende de cómo evoluciona la pandemia y si el gobierno, en determinado momento, decide flexibilizar de alguna manera la situación, lo que tal vez nos permitiría hacer algunas cosas, pero esto son todo suposiciones», afirma Grezzi.
Lo cierto es que todo estaba preparado para la actuación ayer, con un cronograma para las obras «perfectamente definido». «Los operarios tendrían que haber entrado a realizar los trabajos de adecuación, que en aproximadamente una semana hubieran estado listos. Lo primero era reasfaltar el trazado por el que pasará la nueva línea C1 de la EMT, así com retirar todos aquellos elementos innecesarios. También la calle Colón estaba todo preparado para llevar en el menor tiempo los trabajos de adecuación de los dos carriles, pero habrá que reprogramarlo todo», señala el concejal e Mobilitat Sostenible.
Grezzi admite que, muy probablemente, la reprogramación no será automática, sino que se necesitará de un tiempo extra para preparar el nuevo cronograma de los trabajos. «Cuando se levante el estado de alarma seguramente necesitaremos unos días para volver a poner en orden la actuación y definir los plazos, pero tenemos ya todo el trabajo previo hecho y no creo que nos lleve demasiado tiempo», explica.
Sobre si el gobierno de Ribó se replanteará durante este tiempo cómo ejecutar la actuación, Grezzi asegura que el proyecto no variará, aunque se muestra abierto a explicar «todas las veces que haga falta» cómo será la peatonalización y la reordenación de líneas de la EMT. «La mayoría de las personas ya habían asimilado el cambio que vamos a propiciar, lo que ocurre que se ha tratado de politizar el asunto, sobre todo la oposición. No lo vamos a paralizar porque es una actuación consensuada por todo el equipo e gobierno y muy estudiada. Lo que sí quiero decir es que daremos toda la información que haga falta y quiero lanzar un mensaje conciliador en este sentido», finaliza el edil de Mobilitat.
