La EMT València y los sindicatos tratarán de llegar esta semana a un acuerdo mediante «soluciones imaginativas» que eviten la aplicación de un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) para la plantilla, fundamentalmente conductores. Fuentes de la compañía municipal y del Comité de Empresa reconocen que en una reunión telemática celebrada el pasado lunes, la posibilidad del ERTE se puso sobre la mesa, pero el órgano de representación de los trabajadores mostró su malestar por el simple hecho de presentar esta propuesta como una opción: «No aceptamos ni la negociación ni la imposición de ningún ERTE, al igual que tampoco se han planteado en ninguna empresa pública».

De llegarse a esta solución, sería la primera empresa pública de la Comunitat Valenciana que la adopta. La EMT cuenta en la actualidad con una plantilla total formada por 1.700 personas, de las 1.300 son conductores. Entre jubilaciones parciales y otras situaciones, en activo hay 1.218 conductores.

Fuentes sindicales explican que el gerente de la empresa, Josep Enric Garcia Alemany, pidió alcanzar un acuerdo para aliviar la situación financiera de la EMT, pues se esperan unas pérdidas de unos 9 millones de euros en los próximos meses tras reducirse el pasaje más de un 90 por ciento por el estado de alarma. Ante la delicada situación, los sindicatos se muestran comprensivos y dispuestos a negociar «una solución imaginativa», como definió el presidente del Comité, Gabriel de las Muelas.

Esta solución imaginativa pasa por capear las primeras semanas de la crisis haciendo uso de días de formación acumulados por los trabajadores desde 2012 y otros conceptos como días de convenio. Con ello, explican los sindicatos, se reduciría una deuda que la empresa tiene con los trabajadores respecto a las horas de formación acumuladas y sin uso y se evitarían otras soluciones drásticas.

Desde CCOO se lanzó la propuesta de trabajar 7 días y librar 14, como recomiendan los protocolos sanitarios, haciendo uso de los días de convenio y de formación a disposición de la plantilla, opción que defiende el Comité aunque entiende que es la que menos visos tiene de prosperar, pues supone un gran coste para la EMT.

Con todo, en estos momentos la posibilidad del ERTE, aunque remota, es posible. Si la crisis se alarga mucho en el tiempo, el Comité de Empresa reconoce que podría terminar aplicándose. «El ERTE para nosotros es la última opción y, si puede ser, no lo queremos», explica De las Muelas.

El Comité entiende que no es lógico que la EMT aplique un ERTE y no se iguale su condición de trabajadores con el resto del sector público, al menos con el resto de la plantilla del Ayuntamiento de València. «Queremos las mismas soluciones», señalan. Pero admiten que la situación es extraordinariamente complicada y que se buscan opciones para encontrar la mejor solución.

El ERTE, de aplicarse, podría ser rotatorio (como ya se ha propuesto en la empresa pública de Málaga), pero según De las Muelas sería injusto con los conductores, el colectivo al que se le aplicaría y también el más numeroso de la plantilla. El presidente del Comité de Empresa, además, advierte que en estos momentos casi el 20 por ciento de la plantilla está de baja y que un ERTE «podría incluso poner en peligro la operatividad del transporte público, ya que se podría dar la situación de que no hay bastantes conductores para dar servicio».