La anécdota arqueológica del comienzo de las obras fue la aparición, en todo el frente de Correos y el Ateneo Mercantil, de las antiguas vías del tranvía y el adoquinado que lo enmarcaba. Hay que recordar que la Plaza del Ayuntamiento siempre ha sido un nudo de comunicaciones y que décadas atrás era recorrida por los tranvías, entonces un elemento fundamental del transporte público. En esta primera intervención, sin embargo, no está previsto hacer catas arqueológicas, según explicó ayer el alcalde de València, Joan Ribó, pues se trata de un intervención blanda a la que sucederá la verdadera remodelación de la plaza. Será entonces cuando se hagan las obligatorias catas arqueológicas, ya que se trata de una zona de alto valor histórico donde probablemente salgan restos de las diferentes épocas de la ciudad.