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El centro de emprendimiento y empleo del Grau ve la luz al final del túnel al iniciarse la adjudicación

El consistorio tiene previsto destinar 3,5 millones a la adecuación polivalente de la antigua Farinera

El centro de emprendimiento y empleo del Grau ve la luz al final del túnel al iniciarse la adjudicación

La Junta de Gobierno Local aprobó ayer iniciar los trámites para adjudicar a la empresa Rover Infraestructuras del contrato para la ejecución de las obras de equipamiento, instalaciones y habilitación de la antigua Farinera del Grau, un edificio complemente rehabilitado que está a la espera de llenarse de contenido. El objetivo del equipo de gobierno es convertirlo en un gran «hub» de innovación, emprendimiento y formación de empleo.

Como explicó el vicealcalde Sergi Campillo, la Farinera del Grau es un proyecto estratégico del Govern del Rialto y «una apuesta por los sectores productivos e innovadores» de la ciudad. De hecho está ubicada junto a Las Naves, el centro de innovación social municipal. Si la empresa presenta todas las garantías, las obras se adjudicarán por un importe de 3.556.073 millones de euros, unos 700.000 menos que el presupuesto de licitación.

La gran superficie del edificio protegido, de 3.404 metros cuadrados, permite ordenarlo de manera que albergue distintos usos. Además de ser un vivero de empresa, de diseñar políticas de emprendimiento y programas de formación para el empleo, la Harinera podría contar con un espacio propio dedicado al ámbito del gaming y e-sports, para que el sector valenciano de los videojuegos, según la voluntad de la vicealcaldesa Sandra Gómez.

La edil recordó que la aprobación de este proyecto «ha sido dificultoso de llevar hacia adelante, por la complejidad de salvaguardar la estructura del edificio». «A lo largo del anterior mandato se trabajó en diferentes proyectos de aseguramiento de estructura y rehabilitación y, en noviembre de 2019 aprobamos el proyecto de obra», apuntó la concejala de Desarrollo Económico.

Un sinfín de cambios

El edificio de la «Harinera Levantina», proyectado en el año 1922 por el arquitecto Eugenio López, fue construido como fábrica de harina de trigo para Juan Castellano S.A., y ha tenido muchas variaciones en el tiempo hasta configurarse como un inmueble de cinco alturas y dos torres de seis plantas.

Es un edificio construido con muros de carga de ladrillo macizo y estructura horizontal de vigas y viguetas de madera, con un amplio patio frontal que llegaba hasta la calle Juan Verdeguer, donde se cargaban los carros de harina. En el año 1939 un incendio al final de la Guerra Civil lo destruyó, dejando solo en pie sus fachadas de ladrillo. Se reconstruyó y amplió con la nave Burben S.A. en 1941 con estructura de hierro; un cuerpo de tres alturas que colmató el patio delantero de la Harinera y construyó la actual fachada a la calle Juan Verdeguer. Se completó con unos silos en hormigón que desaparecieron hace años.

A finales de los años 90 del siglo XX cesó toda actividad y cerró definitivamente en diciembre de 2007, y se derribaron los silos. Se ha recuperado la arquitectura del conjunto, excepto los silos, A la vez que parte de instalaciones, ya como arqueología industrial; así, existe una interesante tolva puesta en valor en su interior con un protagonismo importante en el espacio interno.

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