Oficialmente todas las fiestas patronales y populares de los 15 pueblos de la ciudad de València han quedado suspendidas este año por la pandemia de la covid-19, tal y como confirman desde la concejalía de Pobles, que dirige Lucía Beamud. Sin embargo, y como explica la edila, el dinero destinado a estos actos para 2020 «no se pierde», sino que se reinvertirá en actividades culturales adaptadas a la nueva normalidad.

La partida completa para 2020 es de 271.428 euros, aunque desde la concejalía de Pobles aclaran que este presupuesto no solo incluye el dinero destinado a sufragar fiestas populares y patronales, sino también otro tipo de actividades de la sección de cultura y deportes, incluso acciones con amas de casa, jubilados, etc.

Beamud asegura que ya ha comenzado a reunirse con los distintos alcaldes y alcaldesas de los pueblos, y también entidades vecinales, para explicarles la situación y también para estudiar conjuntamente alternativas para las distintas pedanías. Desde la regidoría se explica que existe la opción de reinvertir parte de las partidas previstas en mejorar los festejos de Navidad o redirigir el dinero para otras iniciativas. Por ejemplo, un pueblo había solicitado que se destinara dotación económica a un concurso literario que estaban preparando.

El objetivo de la concejalía es mantener en la medida de lo posible la vida social de los pueblos, ya que muchas de las fiestas populares o patronales tienen más una vertiente de «germanor» que no tanto lúdica. Sin embargo la nueva normalidad que deja la pandemia obligará a renunciar a noches con actuaciones musicales, discomóviles, cabalgatas, pasacalles, multitudinarias cenas o las tradicionales procesiones y romerías. La preocupación en los pueblos, no obstante, es evidente. Muchas de las fiestas de cada pedanía son el momento del año en el que muchos vecinos vuelven a entrar en contacto y se cultiva el sentimiento de pertenencia al pueblo. En los últimos años muchos han tenido dificultades para formar comisiones de fiestas por la falta de iniciativa de los vecinos, y algunas ya no se celebran. Otras resisten a duras penas.