El mundo de las fallas ha perdido a uno de los personajes más influyentes de la Junta Central Fallera en el periodo de final de siglo e inicio del siguiente. Después de una larga enfermedad, que agravaba un estado de salud muy quebrantado desde hace años, ha faltado Roberto Belda Císter.

Más allá de su condición de delegado de medios de comunicación, Roberto Belda fue, fundamentalmente, la mano derecha de Alfonso Grau en la Junta Central Fallera durante los ocho años en los que éste ejerció la presidencia del organismo fallero. Fue él quien, a bordo de su Fiat Uno, se dedicó a llevar durante numerosas noches a acontecimientos falleros en casales para su particular curso acelerado de los entresijos de la fiesta.

Fue el creador de un verdadero departamento de comunicación en la Junta Central Fallera, a la que puso, en ese sentido, en una primera fase de modernización, necesaria para seguir la estela de internet. Creó e impulsó la web de la Junta Central Fallera, que desde el primer momento se posicionó como una referencia para la fiesta así como la aparición de publicaciones y programas en eventos. Fue encargado de recibir y cumplimentar prensa nacional e internacional y fue el pionero también en el «clipping» de la fiesta: la recopilación de su repercusión.

Su agrupación, la de Olivereta, le concedió la insignia de oro junto con la que fue su pareja, Amparo Valle. Ambos protagonizaron uno de los acontecimientos sociales más celebrados en la JCF: su enlace, el único que se ha celebrado en los jardines del edificio de Monteolivete.

En el año 2000, con 38 años, recibió el «bunyol de brillants». Con el relevo en la concejalía de fiestas en 2003 presentó la dimisión y se fue apartando de la primera línea.

«Siempre recordaremos su sonrisa, su buen humor y como disfrutó de la vida aunque recibiera algún que otro golpe». El mejor resumen lo escribió su comisión.