La epidemia que estamos sufriendo ha evidenciado la crisis sanitaria. Nunca deberiamos dudar de que la sanidad tiene que ser pública y universal. Todos estos años pasados llenos de recortes han mermado la capacidad de la sanidad pública.

Lo que demuestra que la sanidad no puede ni debe ser dirigida por una lógica puramente mercantil.

La Sanidad Pública en España se vió reducida en 8.636 millones de euros, un 12,24% menos entre los años 2009 y 2014, Y la Atención Primaria fue mucho más duro el recorte, un 16,17%, 1.742 millones de euros menos.

La Atención Primaria se ha convertido en la puerta ignorada de la Sanidad Pública. Los ambulatorios aun no se han podido recuperar de todos los recortes de la última década y en estos momentos sus plantillas están diezmadas por los contagios.

Y ahora se pretende que asuman el reto de ser la primera pantalla para salvaguardar esta crisis, que detecten los nuevos casos incipientes y que corten las cadenas de trasmisión, combinado además con retomar la atención directa a sus pacientes crónicos y recuperar el día a día.

Y para que esto pueda ser posible se necesitan muchos más profesionales y contar con todos los materiales necesarios.

Se puede comenzar por recuperar los profesionales que están ejerciendo medicina de empresa o que trabajan en mutuas. Y se debe contratar de forma idnefinida a los residentes de cuarto año que terminan ahora. Y por supuesto mantener a todos los profesionales que han estado en primera línea, a los cuales no solo se les debería cubrir hasta diciembre de este año, habría que hacerles un nuevo contrato indefinido.

Se debe tener en cuenta que en un futuro muy cercano se pueden jubilar aquellos que ya tienen 60 años o más, lo que puede repercutir en su plantilla en un 14% menor en unos pocos años.

Todas estas medidas y otras análogas son necesarias para que la Atención Primaria pueda afrontar este nuevo reto.

Los centros de salud han sido el muro de contención del sistema sanitario y sobre ellos ha recaido parte del grueso de los casos del Covid-19, todos los casos leves que no llegaban a las urgencias hospitalarias

En España hay 30.500 enfermeras/os y 35.534 facultativos en atención primaria, unos 29.000 son médicos/as de familia y 6.500 son pediatras.

Se necsitaría casi el doble de profesionales para poder mantener el doble de trabajo que se les exige en estos momentos.

Los hospitales están en una especie de tregua, inquietos por si hubiera un rebrote, asumen que no están preparados para eso, sería una verdadera catástrofe, han sufrido lo indecible, muchos de ellos han pagado con su vida o han sido contagiados del virus. Y todo ese aliento recae ahora sobre la Atención Primaria, sin recursos humanos y sin los materiales necesarios para poder hacer frente a todo lo que se les pide.

Y los pasos que se están dando no son suficientes para paliar el trabajo en los centros de salud, las consultas telefónicas y la telemedicina no siempre se pueden hacer, pensemos en nuestros mayores, en todas aquellas personas que por motivos de la crisis están expuestos a la pobreza extrema y en los inmigrantes, todos ellos también tienen derecho a ser atendidos presencialmente.

Las demandas del sector de Atención Primaria son muy claras: acceso a los test de detección, equipos de protección y personal suficiente, y eso les lleva a reivindicar el 20% del presupuesto sanitario para poder hacer frente a lo que se les está pidiendo.

El estado de alarma ha funcionado, el confinamiento ha sido la mejor arma contra el virus, ahora nos encontramos en la fase de la desescalada, dejemos de discutir si son galgos o podencos, dejemos de pensar que todos lo habriamos hecho mucho mejor que el Gobierno, por creernos que todos somos grandes expertos epidemiólogos o gestores de crisis, y dejemos aconsejarnos por los científicos y abandonemos todas las disputas individuales que no llevan a ninguna parte.

Es la hora de salvar vidas, el virus sigue entre nosotros y tenemos que ser conscientes de los peligros que nos acechan, los servicios sanitarios públicos no están preparados para un posible rebrote, utilicemos nuestro mejor sentido común, en esta tregua, ayudemos a trabajar todos juntos para que podamos poner los cimientos de una Sanidad Pública y Universal que pueda ser capaz de afrontar esta pandemia y después ya podremos afrontar el reto de la economía.