Me estoy duchando en el cuarto de baño, bien calentito. Tengo agua corriente, champú y jabón suave. Manejo el chorro de agua a mi antojo, porque una mampara impide que el agua lo salpique todo y me siento a gusto, como en una sauna. Termino y puedo secarme con una mullida toalla que cubre enteramente mi cuerpo.

Súbitamente me viene a la memoria cuando era un crío y cómo me lavaban, dentro de una gran jofaina sobre el suelo de la cocina, con agua calentada al fuego, extraída con una bomba de un pozo artesiano como los existentes en casi todas las casas de El Cabanyal, mi pueblo junto al mar, un barrio muy peculiar de Valencia, donde vine al mundo.

También reparo en que, desde entonces, han transcurrido setenta y muchos años. Soy una persona mayor. Desde que nací la vida me ha sometido a muchas vicisitudes que, en cierto modo y en algunos aspectos, nos han endurecido a casi todos los de aquellas generaciones. Entre mis primeros recuerdos, como una nebulosa, está la desdichada guerra civil, con los bombardeos de las "pavas" (aeroplanos cargados de bombas) sobre El Grao (puerto de Valencia y objetivo estratégico), El Canyamelar y El Cabanyal, con sus secuelas de muertos, heridos, solares y fincas derruidas llenas de escombros producto de los artefactos caídos, que permanecieron así hasta bien entrados los años cuarenta e incluso cincuenta.

Personas mayores que yo me han descrito el pavor que les producían las sirenas sonando para que el personal civil se pusiese a salvo, de lo que soltaban los bombarderos enemigos, en los refugios más cercanos. Aun hoy en día se conserva alguno como recuerdo de aquella barbarie.

Cada otoño inundaciones "normales" en El Canyamelar, sobre todo en la calle Reina, alrededores de la actual biblioteca "Casa de la Reina", esquina a Avenida Mediterráneo. Y en el año 1957, la devastadora riada que marcó para siempre a Valencia y El Cabanyal, en donde ha transcurrido la mayor parte de mi vida: niñez, juventud, estudios, amigos, fiestas, madurez, familia, trabajo, todo en mi pueblo. Por suerte me encuentro bastante bien, con mi mujer, hijos, nietos, bastantes amigos todavía, jubilado, con un pasar razonablemente bueno. Y además El Cabanyal está totalmente rehabilitado pues al final ha prevalecido la razón y la Ley declarando que el PEPRI del Cabanyal , del Partido Popular, realmente lo expoliaba.

Me pregunto si estoy soñando, despierto o solo aturdido, porque miro el calendario, veo Julio de 2020 y asimilo que en tres meses no he podido salir de casa por algo llamado "Pandemia", causada por un bichito invisible denominado "Coronavirus", que es muy peligroso. Según leo en el diario Levante-EMV, está haciendo estragos. Son muchísimas las personas contagiadas por el virus, colapsando las UVI de los hospitales pese al enorme esfuerzo del personal sanitario, desbordado por algo nuevo, terrible e impredecible.

Asimismo por Levante-EMV me entero de que se ceba en las personas mayores de 65 años y que en algunas "Residencias de ancianos" mal dotadas de medios y de personal eficiente, ha sido verdaderamente dantesco con muchos residentes fallecidos incluso sin haberlos conducido a los correspondientes centros hospitalarios.

Sinceramente me entra miedo porque si no viviese en mi casa , con mi mujer, cerca de mis hijos y hubiese estado en una de esas "Residencias", me inquietaría lo que pudiera ocurrirme si enfermase, atendido por personal con pocos medios, buena voluntad pero insuficientemente preparado.

En el paseo marítimo de La Malvarrosa hay una "Residencia personas mayores" regida por las Hermanas Hospitalarias, pero resulta que en El Cabanyal no existe, que yo sepa, ninguna y que debería haberlas, con personal bien preparado y medios correctos.

Y al respecto, conociendo por Levante-EMV que existe un Plan Especial de El Cabanyal (PEC), en segundo período de alegaciones, lo he leído y no encuentro proyecto de estas Residencias. A los mayores no se les ha tenido en cuenta para nada, ni por los arquitectos redactores del PEC, ni por las entidades que han formulado alegaciones, ni por particulares, ni por los responsables del Ayuntamiento. Por ello me permito rogarles a todos, especialmente a la Vicealcaldesa y Edil responsable de este tema, Sandra Gómez, que tengan en cuenta esta cuestión para que no les ocurra como a nosotros, cuando sean mayores. Creo que todo el mundo estará de acuerdo y además harán lo justo cuanto antes, para que el PEC del Cabanyal no se retrase un solo día, pero contando con las necesarias "Residencias para mayores".