El Ayuntamiento de València va a probar un nuevo asfalto de color crema en la plaza Pintor Segrelles para combatir el efecto isla de calor en esta zona de la ciudad, según explicó la vicealcaldesa y responsable de Desarrollo Urbano, Sandra Gómez. Con un presupuesto de apenas 40.000 euros y 15 días de ejecución, esta será la primera actuación de recuperación de espacio público en la era poscovid, al margen de la programada en la plaza del Ayuntamiento. Se trata de una iniciativa «pionera en España», añadió el concejal de Emergencia Climática, Alejandro Ramón, que podría extenderse a otras zonas de la ciudad si se confirman los beneficios.

La peatonalización de Pintor Segrelles se ha realizado mediante el denominado urbanismo táctico, en el que se aplican medidas de calado con bajo presupuesto hasta que se lleva a cabo una actuación más profunda. «Con un proyecto de reurbanización esta obra podría costar fácilmente varios cientos de miles de euros, pero así conseguimos recuperar de manera inmediata este espacio con 40.000 euros, un precio muy ajustado. De hecho reutilizamos aquí también (al igual que harán en San Agustín) maceteros y jardineras de La Marina de València; de haberlas construido nos hubiéramos ido al doble de presupuesto seguro», justificó Sandra Gómez.

La gran novedad es que parte de los 1.800 metros cuadrados de la plaza Pintor Segrelles se van a pavimentar con un asfalto «ecológico», que en realidad es un betún transparente que permite que afloren los tonos de los áridos, por lo que adquirirá un color crema la mayor parte de la superficie peatonalizada. En un pequeño triángulo de la plaza se ha recuperado el adoquinado original, mientras que en el otro extremo se mantendrá el alquitrán actual. Toda la zona para viandantes se delimitará con doce maceteros grandes y otras tantas jardineras. «Lo que queremos con este pavimento, además de combatir el efecto isla de calor, es que la gente tome el espacio ganado por el peatón, y sin duda este tono ayudará más a que paseen por esta zona», señaló Sandra Gómez.

La peatonalización de esta plaza en el barrio de Arrancapins supone la eliminación de unas 17 plazas de estacionamiento regulado y una decena de aparcamiento sin pago, por ello algunos vecinos han mostrado sus reticencias al proyecto. Con todo, Sandra Gómez cree que servirá para reactivar al comercio local, ya que hay bastantes establecimientos en el entorno de la plaza. «Va a convertirse en una nueva plaza y va a tener un beneficio directo en las iniciativas comerciales de la zona», aseguró.

Gómez reiteró que se trata de una actuación «provisional» y que, al igual que en otras previstas en la ciudad, más tarde se hará el diseño definitivo mediante el correspondiente proyecto de reurbanización, aunque éste no llegará a corto plazo. De momento, esta primera fase con urbanismo táctico estará terminada entre el jueves y viernes de esta semana.

Por su parte, Alejandro Ramón, dijo que Urbanismo y su área de Emergencia Climática han encontrado «un punto en común», que es el de «reducir la temperatura ambiente» y las denominadas islas de calor, que se producen básicamente porque el asfalto genera más calor por su color negro. «Con este nuevo pavimento frío lo que conseguimos es reflejar parte de la radicación solar durante el día y crea mayor confort térmico, que reduce la sensación de calor. No solo es una nueva plaza para la ciudadanía, sino que además es una plaza innovadora que nos ayudará a combatir el cambio climático», explicó el edil.