Ayer comenzaron (de verdad) las obras de peatonalización parcial de la plaza de Sant Agustí, que costarán 76.000 euros y recuperará para los viandantes toda la zona pegada a la iglesia. Cuando dentro de un mes finalicen los trabajos, el espacio hará honor a la tipología de plaza «que nunca se ha utilizado como tal», recordó la vicealcaldesa Sandra Gómez en su visita por el inicio de los trabajos.

La también concejala de Desarrollo Urbano detalló que en Sant Agustí también se utilizará un alquitrán tintado, pero en esta ocasión en lugar de se rojizo como el de la plaza del Ayuntamiento o amarillo como el de la plaza Pintor Segrelles, «será gris para igualarlo al color de las aceras y que vaya acorde con el entorno protegido». Y es que la iglesia está declarada Bien de Interés Cultural, por lo que ha sido la comisión de Patrimonio la que ha dado el visto bueno al proyecto.

La de Sant Agustí es una intervención de urbanismo táctico donde, una vez más, se apela por la sostenibilidad económica, ya que con un presupuesto contenido y una intervención exprés se transforma un espacio que hasta ahora se usaba como mini estación de autobuses, con varias dársenas para los viajeros.

Al asfalto tintado de gris se le unirán maceteros y jardineras reutilizados de La Marina de València, mientras que también se incorporará algún mobiliario nuevo para dotar de zonas de sombra y estancia a la nueva plaza. La vicealcaldesa aseguró que en un mes estarían acabadas las obras, mientras que finales de agosto también espera que estén listas las de la plaza del Ayuntamiento. En este sentido recordó que para el homenaje a las víctimas de la covid-19, previsto el jueves a las 21:30 horas, toda la zona más próximas la casa consistorial estará ya a punto, mientras que faltará por rematar el espacio más próximo al edificio monumental de Correos.