Borja Sanjuán es el nuevo concejal de Hacienda del Ayuntamiento de València. Quizá lo que más llama la atención es su juventud, pues aún apura los 27 años. Tal vez por ello se resigna a que va a tener que demostrar «como muchos de mi generación» que está preparado para lo que todo el mundo espera de él, ser un buen gestor público. Nació en València el 11 de octubre de 1992 y se crió en el barrio de Tres Forques. Es graduado en Derecho, Ciencias Políticas y de las Administraciones Públicas y Economía por la Universitat de València y Máster en Abogacía por la UNED. Y cuenta ya con una notable experiencia política.

¿Abrumado por el reto? ¿Le ha dado tiempo a digerir esta situación triste y complicada?

La verdad es que comencé a ser consciente del reto bastantes días después, porque lo primero que tuve yo al igual que todo el resto de la familia socialista fue un gran dolor por la pérdida de Ramón. Eso fue lo primero y lo fundamental. No sé si abrumado es la palabra, pero sí un sentimiento de responsabilidad doble, lo primero por ser un área compleja y porque la gestión viene precedida por un enorme gestor, un enorme socialista y una gran persona como era Ramón. Continuar su camino es un añadido de responsabilidad, aunque no pesa, sino lo contrario, supone un escalón al que subirse. He aprendido mucho de él y sobre todo a gestionar Hacienda con unos valores inquebrantables, unos valores socialdemócratas de los que hacía él gala.

Menudo momento para hacerse cargo de Hacienda.

Sí, vamos a un contexto totalmente diferente. Los últimos años han sido años de recuperación, y el ayuntamiento ha ido contando con más recursos, pero parece ser que seguro que los siguientes meses van a ser complicados por el impacto de la pandemia. Eso obliga a reinventarnos y a dar el do de pecho a lo público porque lo privado está en serias dificultades, y eso hay que cuadrarlo en un presupuesto. Pero para eso está lo público, no solo para cuando las cosas van bien, sino para permitir que las cosas vuelvan a ir bien cuando las cosas se tuercen.

Se habla mucho de su juventud.

Seguro que ha habido algún concejal más joven que yo en el Ayuntamiento. No creo que sea un hándicap ni algo positivo ni negativo. Estoy acostumbrado en los últimos años a que el primer comentario que se hace de mí es que soy muy joven. Hay que llevarlo y lo determinante es lo que se comente meses o años después, no la edad.

Sandra Gómez defendió que llega muy preparado. ¿Se ve con la obligación de demostrarlo?

Siempre hay que demostrarlo, no es una cosa únicamente mía, es una cosa generacional. Cuántas personas de mi edad van a una entrevista o a un proceso de selección y se les valora una experiencia que probablemente no tienen porque no han tenido la oportunidad de demostrarlo. Al final nuestra generación está perfectamente formada para tomar las riendas de muchas cosas, yo solo soy un ejemplo minúsculo. Cuando se nos da la oportunidad hay que asumirlo con la responsabilidad de acallar las voces que dicen que esta generación no está preparada.

Usted era asesor de Sandra Gómez, pero también trabajó ya con Ramón Vilar.

He estado trabajando mucho con la vicealcaldesa, pero también con Ramón Vilar. El área de Hacienda es muy transversal y por eso había una relación excepcional entre nosotros y trabajábamos muy bien juntos.

¿Se ha marcado algún reto particular dentro del área de Hacienda?

Había muchas cosas que compartíamos Ramón y yo, y él trabajó muchísimo para que el patrimonio de la Iglesia, que no estaba dedicado al culto, tributara como el IBI que paga cualquier otro. Sería muy bonito que al final hiciéramos realidad una política que impulsó Ramón y que es totalmente justa. Incluso profundamente cristiana, pues la ha apoyado el Papa actual.

El alcalde le reconoce su aportación para que propiciara, junto a Xavi Ribera y Jordi Peris, el pacto de la reconstrucción.

Hemos trabajado juntos en muchas cosas y compartimos muchísimos puntos de vista, por eso es un gobierno de coalición que es sólido y qué funciona, aunque hay momentos en que la opinión es distinta. Valoro mucho la oportunidad de confrontar puntos de vista y demostrar que es uno de los ayuntamientos que mejor funciona de España.

Usted transmite cierto talante conciliador y no parece abusar de las palabras más altas que otras.

Lo intento, aunque nadie escapa de tener sus momentos de confrontación. Si hay algo ahora que estorba en el entorno político es la excesiva polarización y la gente está cansada de que no seamos capaces de llegar a acuerdos. Me gustaría parecerme a Ramón no solo en la capacidad de alcanzar acuerdos, sino porque sus confrontaciones eran entrañables. Y eso habla de su talla humana.