«Es el proyecto más ambicioso de desarrollo tecnológico que hemos desarrollado junto con Impuls VLCi». Así defendía el concejal de Administración Electrónica, Pere Fuset, el proyecto «Connecta VLCi», que inicia ahora su desarrollo y que, de acuerdo con las previsiones, estará en marcha en octubre de 2023, después de haber pasado las próximas elecciones municipales. El proyecto consiste, básicamente, en dotar de cerebro a lo que no lo tiene: edificios de la ciudad. No se trata de una experiencia piloto, pendiente de resultados, sino una realidad: en la iniciativa en la que se invertirán 5 millones de euros, la mitad de ellos de fondos europeos, y que precisará cubrir de fibra 194 espacios, divididos en mercados, instalaciones deportivas, colegios y museos. ¿El objetivo? Fundamentalmente, de tres tipos. El que afecta de primera mano al ciudadano supondrá que, mediante el desarrollo de la aplicación, se podrá acceder a estos edificios monitorizados. Por ejemplo, para realizar compras on line, bien sea en los mercados municipales (y así no tener que depender de las iniciativas propias de éstos, sino tener el servicios prestado de serie) o reservar pistas deportivas. Por otra parte, ayudar a la sostenibilidad de la ciudad controlando los consumos. La concejala de Gestión de Recursos, Luisa Notario, decía en ese sentido, que «al cabo de un periodo podrá apreciarse el ahorro que se podrá obtener, sea de agua, luz, al monitorizarse los consumos». Y por último, la generación de una cascada de datos para que diferentes departamentos puedan utilizarlos y que, según Fuset «en el futuro se conectarán con los de otros servicios como Adif o Aena».