La presencia de COVID-19 en el agua residual de València se ha estabilizado, informó ayer el Consistorio, aunque «en varias zonas la tendencia es ascendente», en concreto en los barrios de Tres Forques, Fontsanta, Malilla, Torrefiel y el distrito de Ciutat Vella. «Esto nos obliga a ser prudentes y actuar de forma preventiva para evitar rebrotes, el objetivo es bajar la incidencia del virus mediante el refuerzo del control del cumplimiento de las medidas ordenadas por las autoridades sanitarias, en especial el uso obligatorio de mascarillas», señaló el concejal de Protección Ciudadana, Aarón Cano.

La concejala del Ciclo Integral del Agua, Elisa Valía, aseguró que «gracias a estos controles estamos viendo como podemos anticiparnos, ya que se corresponden nuestros incrementos con los incrementos posteriores de PCR y por tanto tenemos más capacidad de anticipación para poder tomar mejores decisiones».

También se advierte que «las actividades sociales y las relacionadas con el ocio, parecen estar en el origen de algunos de los rebrotes. Por ello se recuerda el riesgo de bajar la guardia".

En este sentido, Aarón Cano indicó que «quienes están perdiendo el respeto al virus nos ponen en riesgo al resto. No me cansaré de repetirlo en el coche siempre cinturón de seguridad y en los espacios públicos la mascarilla, estas medidas salvan vidas», recordando las más de 2.500 denuncias relacionadas con la utilización de este medio de protección que se han impuesto en la ciudad.

Elisa Valía, apeló también a la responsabilidad ciudadana en el cumplimiento de las recomendaciones de seguridad «a la vez que la implicamos ofreciendo información y transparencia» y añadió en relación a los análisis de aguas residuales, que «esta herramienta es un ejemplo para conocer la gravedad de lo que ocurre en nuestros barrios y actuar en consecuencia».