El ayuntamiento de València ha encargado a la Comisión de Patrimonio que estudie si «en la medida de lo posible» se puede «salvar lo que se pueda» de las torres del Chalet de la calle Aben al Abbar después de modificar la reconstrucción de las mismas y partiendo de la base de que, durante ha rehabilitación del emblemático edificio, los originales literalmente se deshicieron, pero que la reproducción de las mismas no se ajustó prácticamente en nada al original. La concejala de Gestión de Recursos, Luisa Notario, aseguraba ayer en ese sentido que «tal cual era imposible rehabilitarlas porque, del deterioro que tenían, se echaron a perder» pero, a la vez, se reconoce implícitamente que la reconstrucción de las mismas no ha sido afortunada. La contestación viene a colación de la crítica realizada por el Grupo Municipal Popular por lo que consideraban accioes descuidadas en la rehabilitación del espacio en el que, teóricamente, se reunió el gobierno de la República. «Parece increíble que critiquen cuando, durante años, el solar sufrió su propia inacción y fueron permitiendo que se deteriorara hasta estar a punto de venirse abajo».

La reconstrucción ha dejado un edficio que mantiene el sabor de lo antiguo, y que ahora está pendiente de ser recepcionado y de darle un posterior uso social. Sin embargo, ya cuando fue visitado por el alcalde Joan Ribó y Luisa Notario se tenía constancia de que las dos torres no se parecían en nada al original. Algo que fue denunciado por el Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio, que no dudó en tildar la acción de la constructora como «enormemente irrespetuosa y contraria a su condición de bien de relevancia local». En concreto, la principal queja era al cupulín, el torreón que termina en la propia cúpula, que en el original era cilíndrica y en la recuperación ha quedado hexagonal.

Levante-EMV ya informó el pasado mes de julio que la reconstrucción de los torreones era inevitable ante su inexactitud y la comisión de Patrimonio ya ha dado el visto bueno. «En breve será revisado para proceder a la recepción formal de lasobras». Unos torreones que, por cierto, son invisibles desde la calle.

Por lo que respecta a la destrucción de palmeras el informe municipal señala que «cuando empezaron las obras de rehabilitación sólo quedaban los troncos de tres de ellas en el patio delantero y tocones de otros dos. Después de realizar gestiones con el Servicio de Jardinería, se optó por derribarlos para evitar posibles caídas». Los árboles sufrieron el ataque del picudo rojo, el mismo insecto causante de buena parte de la destrucción de palmeras en la ciudad. «Pero volvemos a la cantidad de años que la actuación sobre este chalet, hasta que llegó este equipo de gobierno, fue nula». El PP había criticado, en ese sentido, la falta de mantenimiento «porque el equipo de gobierno no sabía qué año comenzaron los ataques del picudo y si se realizaron acciones para combatirlo».