Las piscinas municipales abrieron con cautela, más tarde de lo habitual, con aforos reducidos y con medidas para evitar unos contagios. Eran los tiempos de la desescalada. Sin embargo, las ganas por volver a la normalidad no han sido suficientes como para que la oferta de ocio se haya acogido con agrado. Tanto es así, que la asistencia se ha cortado de cuajo. Sobre el ochenta por ciento de pérdidas viene a ser la cifra que barajan los concesionarios. Muy lejos de las magnitudes que hacen rentables estas instalaciones. Razón por la que el ayuntamiento va tratar de adoptar alguna medida, que pasaría por prolongar en los años las concesiones y, de esta manera, mitigar a largo plazo un ejercicio que coinciden en considerar ruinoso.

La concejala Pilar Bernabé ha iniciado una serie de visitas a estas instalaciones para hablar con sus gerentes y, de alguna forma, visibilizar esta alternativa lúdica de la ciudad «que es segura y barata».

Veinte por ciento... "o menos"

Sirva el ejemplo de la visita a la piscina de Benicalap. Nada más llegar, su gerente, Alberto Martínez, se lo reconocía: «queríamos cerrar». Pero, obviamente, no puede. «Contamos los días que faltan para que acabe el año». Para que la actividad sea rentable necesitan una determinada cantidad de usuarios «a la que no llegamos para nada». Calcula esas pérdidas o incluso más. «Igual no estamos ni al quince por ciento». Todo ello, provocado, según considera, en que «las noticias que llegan no ayudan» en alusión a los rebrotes, mientras que, en defensa de su producto, «no consta que ningún rebrote se haya producido en una piscina municipal». Y pone el ejemplo de las de la ciudad. «Estamos con aforo limitado, aunque ya quisiéramos alcanzar el máximo permitido. Lo que sí que está claro es que adoptamos medidas. Si nos decían que a un determinado nivel de cloro, el virus se muere, nosotros lo hemos redoblado. Hay distancias de seguridad en los servicios, se limpia y desinfecta...». La caída de visitantes, a pesar de las altas temperaturas registradas de momento, se ha visto afectado tanto por la falta de asistencia de particulares como por las cancelaciones de escuelas de verano y campus de diferentes entidades «o de aquellos que, aún celebrándolos, no han querido venir a bañarse a pesar de todas las garantías».

Benicalap, Parque del Oeste, Nazaret, El Palmar, Benimaclet, Castellar-Oliveral e Hípica son las siete instalaciones municipales. La edil Bernabé insistió en la concienciación a la ciudadanía de que «son instalaciones seguras, que siguen todos los protocolos de salud y prevención. Los datos son positivos en todos los casos y siendo que mucha gente se ha quedado en la ciudad en este mes, no se deben desaprovechar».