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Agricultura

Las quejas de los regantes de la huerta sur obligan al ayuntamiento a darles más agua

El Ciclo Integral amplía el suministro a toda la semana en Font d'En Corts, la Fonteta de Sant Lluís, Pinedo y La Punta

Una foto de la construcción, el año pasado, del pozo de riego situado en la avenida Antonio Ferrandis. g. caballero

Después de unos meses duros en algunos campos de la Font d'En Corts y la Font de Sant Lluís por la escasez de agua, el Ayuntamiento de València, a través del Ciclo Integral del Agua, volverá a aportar todos los días agua de la red de baja presión municipal (la del riego de jardines y baldeo), y no solo durante cuatro jornadas como venía pasando desde que se desencadenó la crisis de la covid-19. Estos terrenos agrícolas pertenecen a la jurisdicción de Francs, Marjals i Extremals, un sistema de riego que se remonta al siglo XIV propiedad del consistorio y que comprende la huerta de la Font d'En Corts, la Fonteta de Sant Lluís, parte de la Punta, Castellar-l'Oliveral, la parte oriental de Forn d'Alcedo y parte también de Pinedo.

El sistema de acequias de Francs, Marjals i Extremals se nutre hasta ahora de cuatro vías: sobrantes de las acequias de Favara y Rovella; de una bomba situada en la rotonda de los anzuelos en la zona sur de la ciudad, que aporta un caudal irregular del nivel freático; del agua extraída cuando se lleva a cabo una obra importante (como un PAI); y de la red de baja presión. En total se riegan con muchas dificultades unas 65 hectáreas de campos, es decir, unas 818 hanegadas de huerta.

Sin embargo, los agricultores han estallado estos días (después de meses de cabreo) al ver que los aportes del Ayuntamiento a través de la red de baja presión (los más constantes) se habían reducido a solo cuatro días desde que estalló la pandemia mundial de la covid-19. Con estas cuatro jornadas y en horario de 8 a 20 horas, a muchos campos no les llegaba el agua.

La concejala del Ciclo Integral del Agua, Elisa Valía, confirmó ayer a este periódico que ya se ha dado la orden de ampliar los aportes a todos los días de la semana de 6 de la mañana a 10 de la noche, con lo que espera «salvar este momento crítico». Valía explica que la bomba de la rotonda de los anzuelos ofrece un caudal inestable, y que los aportes de Favara se habían reducido mucho. «Puedo avanzar ya que hemos hablado con la Acequia de Favara para que las escorrentías de esta acequia lleguen de manera habitual a la zona afectada, aunque ello tiene un coste porque obliga a los guardas a cambiar el rumbo de estos sobrantes. También estamos hablando con la acequia de Rovella para conseguir una medida similar», señala.

Francs, Marjals i Extremals no depende del Tribunal de les Aigües, sino que tienen su propia jurisdicción y su propio sistema de riego. Unas acequias que han ido perdiendo aportes en los últimos años hasta llevar a una situación límite a esta zona de huerta, donde muchos han optado por cultivos que no necesitan tanta agua, otros por abandonar campos y algunos por comprar autobombas para extraer agua de donde pueden.

Hay solución al problema

La solución definitiva para Francs, Marjals i Extremals es un pozo que construyó el Ayuntamiento de València el pasado año junto a la huerta de Font d'En Corts y que está a la espera de ponerse en marcha. «El problema es que Iberdrola nos dijo que hasta que no se acabaran las obras del PAI cercano, no podían lanzar la línea eléctrica que debe abastecer este pozo. Los trabajos acabaron hace unas semanas, pero con la covid-19 por medio, se ha retrasado todo. Esperamos que finales de septiembre o principios de octubre podamos tener ya la solución», explicó ayer el concejal de Agricultura, Alejandro Ramón, que gestiona el pozo a través del Consell Agrari Municipal.

Algunos labradores han pedido como solución provisional la instalar un grupo electrógeno y poner ya en funcionamiento el pozo, pero desde el ayuntamiento descartan esta opción porque tiene complicaciones a la hora de su mantenimiento y funcionamiento diario.

Con este pozo no solo se acabará con los problemas de riego en las 65 hectáreas de Francs, Marjals i Extremals, sino que incluso podría abastecer a otras 17 hectáreas ahora perdidas y que se podrían recuperar para el cultivo, según cálculos municipales.

El pozo tiene 100 metros de profundidad, con una camisa metálica de 350 mm de diámetro. La intención es obtener 80 litros por segundo de caudal sostenido.

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