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Mal estado

Las calles del centro histórico sufren "hundimientos" desde los años 90

Los adoquines ubicados en la calle del Mar, Caballeros y Serranos, así como en el Barrio de Benimaclet no son aptos para el tráfico rodado y acaban por deformarse y tener que ser sustituidos

Detalle del pavimento del Carrer del Mar en mal estado. fernando bustamante

Numerosas calles del centro histórico de València -como el carrer del Mar, Caballeros y la calle Serranos- y del barrio de Benimaclet, presentan problemas de hundimientos y de desperfectos en los adoquines desde hace años. Así lo han confirmado los técnicos del Servicio de Mantenimiento de Infraestructuras, al frente del cual está la concejala de urbanismo Sandra Gómez, como máxima responsable política. En la Comisión de Desarrollo y Renovación Urbana de finales de julio, el concejal de Ciudadanos Narciso Estellés preguntó a la vicealcaldesa por esta cuestión. Por parte del Servicio de Mantenimiento de Infraestructuras se ha informado que se está realizando un seguimiento de los pavimentos realizados «con un material distinto al asfalto».

Desde hace décadas

Durante los años 90 y primeros años del 2000, por parte de distintas administraciones -Ivvsa, Conselleries y Ayuntamiento- se urbanizaron numerosas calles del centro histórico, y en muchas de ellas, «los distintos proyectistas utilizaron una sección de firme consistente en adoquín prefabricado de hormigón de distintos tipos en capa de rodadura». Este adoquín utiliza una capa de hormigón en masa, de entre 15 y 20 centímetros, sobre mortero de agarre y como capa de base.

Este tipo de firme, indican los técnicos municipales, «funciona bien en calles peatonales, pero no sucede así cuando está sometido a cargas, provenientes del tráfico». A lo largo de los años, retrata el informe, «se han observado hundimientos localizados en estas calles y se han ido reparando, como, por ejemplo, la calle del Mar y otras muchas calles del Centro Histórico y de Benimaclet». En las reparaciones efectuadas se ha observado que el adoquín no estaba roto, «sino deformado», lo mismo que el hormigón de capa de base. Cabe concluir pues, que lo que está fallando «es el mortero de agarre, que está confinado entre dos capas muy rigidas y con las cargas del tráfico y los pequeños movimientos producidos por las juntas del adoquin, acaban por disgregar el mor,tero produciendose los hundimientos». Habría que confirmar este diagnóstico con ensayos de los materiales y resistencias. Sin embargo, los técnicos creen que el pavimento «se comportaría mucho mejor frente a las cargas del tráfico con una capa de rodadura de tipo continuo, sin juntas, lo que además disminuiría el ruido del tráfico».

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