El jardín de Mortadelo y Filemón surgió a rebufo de otro, de similares características, dedicado a Blancanieves, cuya curva descendente es menos acusada, pero que también es lo menos parecido a un parque temático (así se le denominó inicialmente). Éste se encuentra en el cruce de la avenida Doctor Waksman y Bernia y fue inaugurado con cierta dosis de solemnidad el 20 de diciembre de 2002. Lo más paradójico en este caso es que en el Jardín de Blancanieves ya no está Blancanieves. Tan sólo quedan en pie las estatuas de la bruja y el príncipe, de estética Disney, igual de toscas (no servirían como ninot ni para la última categoría de Fallas) e igual de deterioradas que el de los detectives de la TIA, junto con unos elementos de parque singulares, que intentan recrear los entornos de la obra de los hermanos Grimm. En este caso, la originalidad reside precisamente en que los toboganes y el mini rocódromo se asientan sobre una arquitectura de castillo y una teórica casa de los enanitos, bastante peculiar, que permite a los pequeños jugar en su interior. Más allá de lo descuidado que está por falta de barrido o baldeo ?que puede depender más del turno de paso de la empresa de mantenimiento? los elementos definitorios del parque también se han diluido con el tiempo.