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Incivismo

El vandalismo liquida el jardín temático de Mortadelo y Filemón

La falta de mantenimiento y los robos convierten en miseria el proyecto de jardines monográficos construidos a primeros de siglo

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La destrucción de los jardines de Mortadelo y Filemón y Blancanieves

Aún desgarbado y con levita demodé, «alto, calvo y con gafas» -la definición clásica cuando se le buscaba tras una de sus trastadas-, Mortadelo es un personaje entrañable en el imaginario popular. Sobre todo, entre los que tienen los cuarenta años bien cumplidos. O los reenganchados a primeros de siglo con la película de Javier Fesser. Sin embargo, el Mortadelo que hay en la avenida de los Hermanos Maristas lo que da es un susto de muerte, sólo comparable a la Isla de las Muñecas. Es un bloque de madera maciza, sin nariz ni gafas, lleno de pintadas y una expresión que, directamente, asusta cuando ya es de noche. Es lo poco que queda, de un proyecto abortado y que sigue deteriorándose con los años: el «Jardín de Mortadelo y Filemón», que pasea su decrepitud en el mismo sitio donde se anunció en el año 2003, dentro de una serie de proyectos de parques tematizados levantados en poco tiempo en el barrio de En Corts. Una decadencia que ha puesto de relieve el estudioso del comic Iván Esbrí, que cuestiona severamente «qué nos debería hacer Ibáñez si ve esto tan dejado, abandonado y mísero».

La idea del parque apareció en 2003 y ganaba un particular pulso a Harry Potter, el inicialmente previsto para protagonizar el espacio. Posiblemente el hecho de ser personajes nacionales o el éxito que estaba teniendo la película desde su estreno llevaron al cambio de idea. Un 10 de marzo, Rita Barberá anunciaba la creación del parque.

El jardín se construyó coincidiendo con el ajardinamiento de la avenida Hermanos Maristas. El proyecto hablaba de un complejo lúdico de mil metros cuadrados «basado en las historias cómicas de estos personajes» y se tradujo en un parque con dos figuras talladas en madera maciza, hechas en Alemania «donde son muy habituales este tipo de parques», aunque con un parecido más que cuestionable con los personajes de Ibáñez. Y alrededor algunas piezas de entretenimiento en los que se reproducía, o pretendía reproducir, a los heterodoxos detectives: ruedas giratorias y tirolina incluida.

Desde entonces, la falta de mantenimiento, el vandalismo y la ausencia de repuestos lo ha ido degradando. Ya en 2014, la concejala de EU, Rosa Albert, lo calificó como «un peligro para los niños» por el mal estado de la goma antichoque, que acabó siendo sustituida, y el de las atracciones, que fueron siendo retiradas. «Un parque macabro» llegó a ser definido.

El parque ha languidecido de tal forma que hasta ha desaparecido la desdichada figura de Filemón, de la que no queda más que la peana junto un cartel de entrada. Los pocos elementos alusivos siguen descomponiéndose y tan sólo quedan verdaderamente útiles los toboganes y columpios de toda la vida. Lo demás es basura.

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