Con cada gota fría o Dana, término de más reciente acepción, la ciudad de València sufre en su red de saneamiento. En demasiadas ocasiones ésta no soporta el volumen de agua que cae sobre la ciudad de manera torrencial y acaba desbordando el sistema, lo que provoca vertidos en el mar o l'Albufera. El problema es que las aguas pluviales se recogen a través de los mismos conductos que las aguas fecales, por lo que son frecuentes los episodios de contaminación, denunciados constantemente por los vecinos y usuarios de las playas.

Es un problema que viene arrastrándose desde hace décadas y cuya solución se diseñó en 2004, cuando se desarrolló la «Normativa para Obras de Saneamiento de la Ciudad de València»·. En ella se fijaron las normas técnicas que entre otras cuestiones recoge la pluviometría procedente del estudio de València de 2001 y el período de retorno de diseño de 25 años. Esta normativa fue sido revisada, actualizada y aprobada en 2016.

A pesar de que el documento marco se diseñó en 2004, el nivel de inversión ha sido muy modesto desde entonces para poner una solución a la cuestión. El ayuntamiento construyó dos depósitos, los de La Torre (8.400 m3) y El Cabanyal (20.476,5 m3), a los que se suma una cántara en la zona de Cantarranas que pagó la Epsar. Sin embargo, se necesitan siete depósitos más para evitar los vertidos al mar. A este problam hay que sumar el colapso sufrido por el colector norte por la acumulación de toallitas. El anterior Govern de la Nau se puso a trabajar para resolver el problema, con la inversión de decenas de millones en desatascar el colector norte, el trabajo más urgente. El anterior concejal del Ciclo Integral del Agua, Vicent Sarrià, lamentaba que era una inversión que la ciudadanía apenas podía percibir y que no daba réditos políticos, por ello señalaba que el PP no dedicó recursos a resolver esta situación.

Durante este mandato, el actual Govern del Rialto seguirá desarrollando el plan para resolver el problema de los vertidos al mar y a l'Albufera. La solución, conocida desde hace años, es la construcción de varios depósitos de tormenta, que acumularán grandes cantidades de agua pluvial y evitarán el desbordamiento de los colectores y de la depuradora de Pinedo. Pero la inversión tiene un coste aproximado de 35,6 millones de euros, una cifra que supondría en sí una tercera parte de la inversión anual del Ayuntamiento de València, por lo tanto es inviable proyectarla en el corto plazo.

La concejalía de Ciclo Integral del Agua, que hoy dirige Elisa Valía, ha licitado sin embargo la redacción de los distintos proyectos para construir seis depósitos de tormentas, el número que se considera necesario para atajar los vertidos al mar y l'Albufera. Para este cometido destinará la cantidad de 902.335,5 euros. Los tanques, excavados en el subsuelo, se construirán en la Alameda (junto al viejo cauce), Huerto de San Valero (en la zona de la avenida de la plata), Tomás de Montañana (plaza Europa), en la calle Ibiza, en la Malva-rosa y en la pedanía del Saler, donde los vertidos acaban en su portet de l'Albufera.

A estos seis depósitos hay que sumar un séptimo que, según anuncia la concejala Elisa Valía, se construirá en Natzaret, en la zona del PAI de Cocoteros. «Pero éste, en lugar de pagarlo la ciudad, lo pagará el promotor del PAI como carga del mismo», asegura la edil del Ciclo Integral, que de esta manera trata de aclarar las dudas suscitadas en el barrio sobre esta infraestructura.

26 episodios de gota fría

En el proyecto de los otros seis depósitos se explica que el clima de València nos da por término medio 26 episodios de lluvia torrencial al año, que generan vertidos directos contaminados al mar de manera directa o indirecta. Con los seis depósitos se calcula que se atajará el 60 por ciento de los vertidos ahora incontrolados. Para reducir solo un 10 % más la cantidad de agua que acaba en la costa sin control, habría que triplicar la inversión, por lo que se considera que la opción más viable y rentable es la de hacer los seis tanques.

Con todo, además de los depósitos de tormenta es necesario ejecutar obras de mejora de la red de saneamiento y nuevos colectores, por lo que todo el plan tendría un coste estimado de 162,47 millones, cuyo desarrollado está planificado en tres fases diferentes hasta el año 2035.