El pasado 5 de julio, Levante-EMV publicaba en su página web un escrito titulado RESIDENCIAS PARA MAYORES EN EL CABANYAL, detallando que "€ por Levante-EMV me entero de que la Pandemia del Coronavirus se ceba en las personas mayores de 65 años y que en algunas residencias de ancianos ha sido verdaderamente dantesco".

Como en El Cabanyal no existe ninguna de estas residencias y en su Plan Especial (PEC) no hay proyectada ninguna (por supuesto que bien dotadas de medios y de personal eficiente), quiere decir que a los mayores no se les ha tenido en cuenta para nada, por lo que rogaba, muy especialmente a la Vicealcaldesa y Concejal responsable del tema Sandra Gómez, que lo hiciese.

Ha transcurrido mucho tiempo y nadie se ha adherido a esta problemática que denuncia la filósofa Adela Cortina con el término que encabeza este escrito "GERONTOFOBIA" (fobia o manía a los mayores). Es evidente la enjundia de Dña. Adela, autora del término "APOROFOBIA" (fobia o manía a los pobres) y que en "Neuroética y Neuropolítica", afirma: "Aprender a degustar cordialmente el valor de la dignidad tanto de los seres lejanos como de los cercanos, dando lugar a nuevos vecindarios, tanto de los vulnerables como de los que no parecen serlo€", con cuya frase finaliza la citada obra.

Viene a cuento la cita porque además de gerontofobia, existe en El Cabanyal cierta tendencia actual por la que para la regeneración del barrio se emplea con frecuencia el concepto "GENTRIFICACION", en el sentido de que no sería deseable que forasteros -por supuesto pudientes en lo económico— desplazasen a los vecinos de siempre. Por ello la repetida frase de Adela Cortina acierta en el sentido de que en el vecindario no hay que despreciar a nadie, porque lo deseable es que deberían convivir personas diferentes, tanto en lo cultural como en lo económico.

Hasta ahora en El Cabanyal nunca ha habido problemas al respecto pues los médicos, abogados, patronos, profesores, jubilados, arquitectos, asalariados, artistas, obreros, todo el mundo ha ocupado su parcela, en paz, buena compañía y con las puertas abiertas.

Resumiendo, son dos las cuestiones que planteo, una la necesidad de RESIDENCIA PARA ANCIANOS, y otra dejar constancia de que en El Cabanyal, siempre ha tenido cabida todo el mundo (con perdón y en clave de humor, hasta los "chotos") : Y ASÍ DEBE SER.