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Informe

El Palacete de Burgos recupera la paleta cromática de sus orígenes

Un grupo de especialistas en color de la Universitat Politècnica realiza un estudio científico para averiguar los colores utilizados en 1922

Acuarela pintada por Ana Torres con los tonos originales. A. Torres/UV

Esta semana se ha dado un paso más en la restauración del Palacete de Burgos, comúnmente conocido como el «La casa del Metge». Como parte de la obra de rehabilitación, esta semana se ha terminado el estudio del color realizado sobre la fachada y los detalles para conocer con exactitud la paleta cromática que se utilizó en su construcción, en 1922. Fue a cargo de Javier Goerlich y se usaron, principalmente, ocres, tierras y sienas, además del ocre gris para las molduras. Todos ellos, con gran rigurosidad, han sido descubiertos por Ana Torres y su equipo del Grupo de investigación del color en Arquitectura, del Instituto de Restauración del Patrimonio de la Universitat Politècnica de València. Un trabajo científico que les ha llevado a sacar muestras de estratos coloreados de todo el edificio para analizar después en un microscopio y tratar de ser lo más fidedignos posibles con el tono original. «Se busca su composición mineralógica y sus elementos propios para saber si son orgánicos o inorgánicos», explica Torres. Después, se realiza una medición en el propio edificio de colorimetría con aparatos tecnológicos que leen el color actual y el histórico (hasta cuatro capas de pintura se han encontrado en la fachada).

Con este trabajo de campo, se lleva al laboratorio, donde se realiza una carta de color con los elementos químicos obtenidos por microscopio. «Ha sido un estudio de muchas muestras obtenidas, por lo que conseguir ese color no es nada fácil», reconoce la especialista. Después se hacen pruebas en la misma fachada con los colores obtenidos hasta sacar el más aproximado. Esto, además de ser un trabajo de rigor científico, tiene mucho que ver con la historia, ya que no es posible acceder a los colores «sin un aporte histórico y documental», señala Torres. En el color influye el estilo arquitectónico y la época en la que se construyó el edificio. Con la ciencia y la historia, se sacan las conclusiones: «Es un estudio muy exhaustivo porque una cosa son los gustos personales y otra lo que fue. Y eso hacemos, recuperar el discurso histórico», concluye. Este minucioso trabajo se realiza con el fin de devolver el esplendor a esta gran vivienda de María Burgos levantada en los años 20. La adquisición por parte de un particular supuso darle una nueva vida a este palacio -casi- abandonado. Ahora, volverá a sus orígenes gracias al trabajo de Torres y al estudio de arquitectura de Javier Hidalgo, especialista en patrimonio. Según explica, el estudio ya se ha enviado al Ayuntamiento de València para que sea validado.

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