El Ayuntamiento de València discrepa ampliamente de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, acerca del plan especial para la Depuradora de Pinedo, un plan puesto en marcha por la Generalitat después de que un tribunal diera la razón a los vecinos y dictaminara la ilegalidad de la fase tres de las instalaciones. Lo ha manifestado el Ciclo Integral del Agua a través de las alegaciones al plan, que se encuentra en fase de exposición y alegaciones. Y ayer lo hizo la concejala Elisa Valía en una reunión con el director general del Agua, Manuel Aldeguer, al que le pidió que no amplíe la capacidad de la Depuradora de Pinedo y que construya nuevas instalaciones (depósito regulador o nuevas depuradoras) fuera del término municipal de la capital.

El plan especial de la Depuradora de Pinedo (EDAR) está dotado inicialmente con 36 millones de euros y tiene como objetivo dar respuesta a la sentencia que daba la razón a los vecinos y obligaba a cerrar la tercera fase del complejo. Dado que eso provocaría un desastre medioambiental en la zona, incluida l´Albufera, la Generalitat, responsable de las instalaciones, ha hecho este plan para reducir olores y ruido y satisfacer mínimamente a los vecinos, que no terminan de estar contentos si no se les indemniza por las molestias sufridas durante décadas. Pues bien, ese plan contempla, entre otras medidas, mejoras en el tratamiento de los residuos en la primera fase de la depuradora, la ampliación de la capacidad de bombeo mediante la sustitución de las bombas y mejoras en el aliviadero al azarbe, canal donde van los vertidos sin depurar cuando hay fuertes lluvias, y de ahí a la playa directamente. Para el Ciclo Integral del Agua, estas medidas medioambientales son «insuficientes», porque además no se han atendido peticiones anteriores como la aportación de un caudal ecológico al azarbe para evitar el estancamiento de aguas. Así pues, en sus alegaciones al plan hacen tres peticiones concretas. La primera y más importante es que se construya un depósito de regulación antes de que el agua llegue a las instalaciones de la depuradora, de manera que absorba los picos de entrada cuando hay lluvias y dé tiempo a la planta a gestionar todo el caudal de agua sin necesidad de aliviar por el azarbe. También pide medidas correctoras para «la eliminación de gruesos y finos» en este canal, así como la aportación de un caudal ecológico para mejorar las aguas del mismo.

Ayer, además, la concejala Elisa Valía, expuso al director general del Agua, Manuel Aldeguer, algunas de sus peticiones o sugerencias en este sentido, encaminadas, sobre todo, a preservar a València y su término municipal de las graves molestias que generan este tipo de instalaciones, a las que vierten sus aguas sucias todos los pueblos del área metropolitana. Valía acepta mejorar el tratamiento de las aguas en la primera fase de la depuradora (Pinedo 1) pero si eso no es suficiente propone construir el mencionado depósito regulador o nuevas depuradoras más pequeñas que rebajen las aportaciones de los puebles de la estación de Pinedo. Eso sí, no quiere que ninguna de esas instalaciones esté en el término municipal de València, ni siquiera en los terrenos de la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) del puerto, como ha dejado caer el alcalde de València, Joan Ribó. «El depósito de regulación no tiene que estar en la boca de la depuradora, puede estar más lejos, y la tendencia ahora es hacer pequeñas depuradoras para atender a la población», dijo la concejala. Ahora le toca a la Generalitat valorar sus propuestas en el estudio de las alegaciones y al director general del Agua atender las exigencias de Elisa Valía. Todo parece indicar que en la reunión de ayer se «mostró receptivo», pero la concejala advierte de que estará vigilante con todas las actuaciones que se hagan en Pinedo.