Quince colegios han cambiado su denominación en los últimos cinco años, desde que el pacto de izquierdas gobierna la ciudad. Esta es la contestación de la concejala de Educación, Maite Ibáñez, a la edil Julia Climent del PP.
Los cambios se dividen fundamentalmente en dos motivos: la traducción de los mismos al valenciano o la eliminación de nombres en atención a la aplicación de la ley para la Memoria Histórica. En la anterior legislatura fueron tan sólo dos y supusieron la modificación de Profesor Ramiro Jover por Professor Ramiro Jover y el Fuente de San Luis por Font de San Lluis.
El primer cambio por Memoria Histórica fue en 2018, cuando el Colegio Público Villar Palasí fue sustituido por «Vivers». Se trata de un colegio dedicado al intelectual valenciano que alcanzó la condición de Ministro de Educación en el tardofranquismo. Es conocido por ser el padre de la Ley de Educación (se le considera el padre del BUP y el COU). A su nombre se bautizaron numerosos colegios. El del «cap i casal» cambio el nombre por el topónimo de los jardines contigüos.
El cambio fue en 2018, año en el que, por el mismo motivo cambiaron los nombres a los colegios Doctor López Rosat (medico y alcalde de València, también en el tardofranquismo) por otro topónimo: «Parc de l'Oest».
La escuela infantil General Urrutia, a nombre del militar Gustavo Urrutia, fue rebautizada «Mestra Empar Navarro i Giner», profesora que abogó por la enseñanza en valenciano, depurada durante el franquismo
Finalmente, su denominación ha pasado a ser la de «8 de Març» este mismo curso. Parc de l'Oest se lo ha quedado el centro de Personas Adultas.
La escuela infantil General Urrutia, a nombre del militar Gustavo Urrutia, fue rebautizada «Mestra Empar Navarro i Giner», profesora que abogó por la enseñanza en valenciano, depurada durante el franquismo. Urrutia también ha perdido la denominación de la avenida del mismo nombre.
Una solicitud con miga es la del Colegio 103, que ha solicitado ser rebautizado como «CEIP Albereda», olvidando así el nombre burocrático y cambiarlo por otro relacionad con la zona que lo cobija. Colegio y 103 han sido sinónimo de precariedad escolar y barracones, en los que el alumnado recibió enseñanza durante años. Razones todo para pensar en un cambio comunicado el pasado mes de junio.
"No hay nada en contra de Calatrava. De hecho, años atrás hizo una donación con la que se reformaron los baños. En el colegio hay un cartel gigante todavía con su nombre. Lo iremos cambiado, pero sin prisa porque no hay ningún resquemor"
El peculiar caso del colegio Sanitago Calatrava
También ha sido reciente el cambio de nombre en el Colegio Santiago Calatrava de Benimàmet por Camí de l'Horta. También es un caso curioso porque fuentes del Ampa señalaron ayer que «no se trata de una cuestión política ni nada parecido». El arquitecto, natural de dicho pueblo, dio nombre al colegio, sustituyendo al de Elías Tormo, procurador de las Cortes Franquistas. Pero el nombre del arquitecto había quedado, de alguna forma, estigmatizado «sin merecerlo ni él ni el colegio». Durante un tiempo, un cañaveral cercano se convirtió en un foco de toxicómanos y la denominación «el Calatrava» aparecía como una marca negativa «injusta. En esa situación, y dentro de un proyecto de innovación integral del centro, se decidió hacer un proceso participativo para cambiar la denominación». Hubo ideas de todo tipo «desde volver a ser Elías Tormo a un niño que sugirió el nombre de Messi» y finalmente se optó por «Camí de l'Horta», una referencia a su espacio natural. «No hay nada en contra de Calatrava. De hecho, años atrás hizo una donación con la que se reformaron los baños. En el colegio hay un cartel gigante todavía con su nombre. Lo iremos cambiado, pero sin prisa porque no hay ningún resquemor».
En el presente curso se han solicitado cambios, todavía no consolidados, como la sustitución del CEIP Prácticas por CEIP Montolivet. Otros han vuelto a ser valencianizaciones: Jaime I por Jaume I o Malvarrosa por Malva-rosa
