El Juzgado de lo Penal 12 de València celebró ayer la vista por un delito de lesiones graves por imprudencia contra los propietarios de los perros que atacaron a la vicealcaldesa de València, Sandra Gómez, y su perro Pep, en la playa, el 16 de diciembre de 2018.

Una vista que estuvo a punto de no celebrarse, ya que parecía que ambas partes habían llegado a una conformidad. Un acuerdo que no se materializó, por lo que finalmente se celebró la vista con las declaraciones de los dos acusados y varios testigos. El juicio continuará el próximo 6 de noviembre. La Fiscalía no acusa, ya que considera que todos los protagonistas del incidente «infringían la ordenanza municipal respecto a la protección de tener perros en la playa», por lo que considera que «no existe infracción penal alguna». La acusación particular que ejerce Sandra Gómez solicitaba seis meses de prisión por el delito de lesiones por imprudencia grave y un año y seis meses por el delito de omisión del deber de socorro, aunque este último delito no se dilucidará finalmente en la vista.

Los dos perros agresores, un «american staffordshire terrier» y una «american bully», son propiedad de una de las acusadas, Diana M. G., aunque el día de los hechos era su pareja, Carlos B. G. quien los sacó a pasear junto a un amigo, según ha admitido este último, «atados pero sin bozal». Según su declaración, el día de los hechos, «el perro me pegó un tirón, se fue hacia él [el can de la concejala] y lo bloqueó» con la mandíbula en el cuello. «El perro tiene instintos y lo bloqueó. Cuando le di la orden lo soltó, pero a ella no le hizo nada», aseguró el joven, quien finalizó su declaración pidiendo «disculpas. Es un animal que tiene instintos pero a ella no le mordió», sostuvo. El acusado achacó el desgarro en el dedo que sufrió Gómez a «una herida con el collar (de pinchos que llevaba el perro atacante) o a su propio perro». La propietaria de los perros también declaró ayer, aunque no estaba presente en el momento de los hechos.

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Tras los acusados ofreció su testimonio como testigo Sandra Gómez, quien asegura que primero se acercó la american bully a su perro y después «apareció el otro perro, se tiró encima del mío y se produjo la agresión». Gómez se abalanzó sobre los canes para intentar separarlos, «y es cuando me mordió y me desgarró el dedo. Yo no le metí el dedo en la boca. Vi que estaban matando a mi perro y me tiré a separarlos», explicó la vicealcaldesa, quien sufrió una fractura abierta en la primera falange, de la que aún tiene secuelas.

En la segunda y última sesión del juicio declarará como testigo el joven que socorrió a Gómez y las defensas y acusaciones presentarán sus conclusiones definitivas.