Las nuevas políticas vinculadas a la pandemia del coronavirus ocuparán un lugar destacado en el debate del Estado de la Ciudad que se celebra hoy, con limitaciones de aforo en el hemiciclo del Ayuntamiento de València. El alcalde abrirá el debate, el primero de la actual legislatura, del que Joan Ribó espera un «intercambio de ideas fructífero para mejorar la ciudad». El alcalde desgranará sus propuestas e iniciativas, centradas en las políticas verdes, para los próximos meses. Mientras, sus socios de gobierno del PSPV, con la vicealcaldesa Sandra Gómez al frente, focalizarán parte del debate en el nuevo urbanismo y la mejora del espacio público. La vicealcaldesa y concejala de Desarrollo Urbano ya avanzó ayer que promoverá un cambio legislativo para que las Viviendas de Promoción Oficial, públicas o privadas, cuenten con una «superficie exterior mínima de 20 metros».

El confinamiento ha cambiado el estilo de vida en las ciudades, donde los balcones y terrazas se han convertido en piezas fundamentales. La vicealcaldesa defendió ayer, en esta línea, el «derecho al balcón» de los ciudadanos. «La pandemia ha dejado al descubierto grandes deficiencias en las viviendas de las zonas más vulnerables de la ciudad y queremos acabar con la brecha habitacional», remarcó Sandra Gómez.

El PSPV, añadió, ha promovido incrementar en los nuevos desarrollos urbanos el porcentaje de vivienda pública al 30%, pero «hay que ir más allá». Y en esta línea, entrará la promoción de un cambio en la normativa urbanística para exigir por ley terrazas en los pisos de protección pública.

La desaparición de las terrazas y balcones en muchas ciudades es fruto de varios factores. La tendencia a acristalar o cerrar balcones y galerías para ganar superficie útil en los hogares (por ser espacios poco usados por el ruido y la polución del tráfico), llevó a los promotores a ir prescindiendo de este elemento, sacando de paso más rentabilidad al metro cuadrado. Los balcones no consumen edificabilidad, pero las terrazas sí, en concreto se computa como tal el 50%.

En el urbanismo poscovid los balcones y terrazas vuelven a ser elementos habitacionales muy preciados. Para la vicealcaldesa disponer de espacios abiertos en las viviendas tiene que «dejar de ser un lujo y convertirse en un derecho».

«No debe ser un lujo»

Destacó que la superficie exterior mínima de 20 metros, concentrada en una pieza o repartida en varias, «acercará los espacios verdes y libres a nuestros propios hogares». «Y eso no debe ser un lujo que solo puedan pagar unos pocos sino un derecho básico que cuida nuestra salud», subrayó.

Las terrazas amplias serán en todo caso un objetivo a alcanzar que implicará cambios en la legislación de las VPO, de competencia autonómica, y en el plan general de ordenación urbana (PGOU) y que se aplicaría en todo caso a las nuevas promociones de vivienda de protección. El derecho al balcón no será exigible en barrios como el Cabanyal o el centro histórico, donde las edificabilidades están muy limitadas por el parcelario. Los 20 metros serán una referencia y en cada barrio se adaptará a sus circunstancias.

Otra de las cuestiones que abordará la vicealcaldesa será «cómo rediseñar» la ciudad para «construir una València más sana, inclusiva y dinámica». Para ello, abogó por «acelerar los procesos de recuperación de espacio público y reconquistar el espacio cedido al vehículo privado». «Al proyecto València, ciudad de plazas debemos añadirle la generación de nuevos espacios peatonales», aseguró la vicealcaldesa, quien hará referencia hoy a las supermanzanas o a la ampliación de la avenidas Pérez Galdós-Giorgeta, donde está previsto reducir carriles de tráfico, ampliar aceras y eliminar (a medio-largo plazo) el túnel y el «escalextric».

También anunció la vicealcaldesa Sandra Gómez la ampliación de la avenida del Puerto para conectarla de un modo más amable con la Marina de València y el frente marítimo.