Frente a la contención del alcalde Joan Ribó y de Compromís, el concejal Borja Sanjuán y su grupo, el PSOE, abogan por un presupuesto «expansivo» de más de 910 millones para el ejercicio de 2021 para el Ayuntamiento de València. Si hace pocos días, Ribó y su grupo municipal anunciaron que dedicarán 32 millones de ahorros municipales de 2019 a amortizar deuda bancaria, ayer por el contrario, Borja Sanjuán avanzó que el Ayuntamiento de València se endeudará en unos 50 millones en 2021 para seguir prestando los servicios y las inversiones que los ciudadanos necesiten. Y no habrá recortes.

Ambos partidos, Compromís y PSOE forman parte del mismo equipo de gobierno pero está claro que son partidarios de aplicar recetas económicas y presupuestarias muy diferentes con vistas a gestionar la crisis sanitaria, social y económica del coronavirus. El concejal de Hacienda reconoció que está trabajando en un presupuesto que se confecciona en un «escenario cambiante, que dificulta establecer previsiones sobre otras administraciones».

Pero es fundamental saber que al menos recibirá 300 millones del Estado en transferencias a cuenta. «En consonancia con lo que se transmite desde el Ministerio de Hacienda, prevemos que el Gobierno de España permitirá que se mantengan las entregas a cuenta para que el capítulo de transferencias no tenga una caída importante», apuntó.

Una vez despejada la duda, relataba Levante-EMV, de si el Gobierno reduciría esas transferencias, que pudo plantearse hace meses, el concejal Sanjuán cuenta con esos 300 millones que le permitirá «ir a ese escenario de un endeudamiento mayor» en un ciclo económico marcado por la recesión y la brutal caída del PIB en un 12.5%.

Por si fuera poco, el regidor de Hacienda calcula que el Ayuntamiento de València va a recaudar 33 millones menos por impuestos como las plusvalías - 10 millones menos - , el ICIO -7 millones- , el IBI – 2,5 menos , las licencias urbanísticas – más de 1 millón – y la recaudación por la ORA, también 1 millón menos de lo ingresado. Por todo ello, el munícipe ha presupuestado ese incremento de la deuda para apostar por «dotar de músculo a la inversión pública».

Ribó asegura que la ley le obliga a gastar el remanente en deuda

El alcalde de València, Joan Ribó, aseguró ayer que cuando asumió el cargo se comprometió a «cumplir todas las leyes» y que la de estabilidad presupuestaria que dice que el remanente del Estado, de las comunidades autónomas y de los ayuntamientos ha de utilizarse a pagar deuda «es una de ellas».


Ribó se pronunció así respecto a las discrepancias surgidas con su socio de gobierno en el Ayuntamiento, el PSPV, sobre el uso de los 32 millones de euros de remanentes municipales para amortizar la deuda, e insistió en que esta operación permitirá ahorrar en intereses que cobran los bancos y liberar 8 millones de amortización de deuda en cada uno de los próximos cuatro años.


«Hace muchos meses que estamos esperando» el decreto del Estado al respecto, dijo el alcalde, quien añadió que el Ayuntamiento no puede esperar más porque tiene que empezar a redactar los presupuestos municipales para 2021.


Sobre las críticas que ha recibido Compromís por esta decisión, ha asegurado que las «entiende» pero que tiene claro que su decisión es «razonable».


Respecto a la circular de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) que comunica a los ayuntamientos que pueden utilizar los remanentes para atender situaciones extraordinarias como las derivadas de la covid, Ribó advirtió de que no tiene «base legal» y que el Ayuntamiento de València ha pedido un informe jurídico sobre la misma.