Hace una semana que la Federación de Sociedades Musicales de la Comunitat Valenciana (FSMCV) empezó el traslado desde su sede hasta ahora en un piso de 180 metros cuadrados de la céntrica calle Sorní a la alquería palaciega de Julià, en el barrio de Nou Moles, su nueva sede. Allí dispondrán a partir de ahora y durante, al menos, los próximos diez años de 700 m2 de espacio y un evocador huerto-jardín romántico de 1.200 m2 restaurado con esmero que esconde en el subsuelo una moderna sala de ensayos y conciertos.

Los siete trabajadores de la federación no terminan de habituarse al nuevo espacio, por cuyas estancias, ricamente decoradas con techos esgrafiados y pinturas pompeyanas, recovecos y puertas ocultas, es fácil perderse. Este diario ha podido acceder al interior de la alquería, que no ha sido inaugurada formalmente por la pandemia del coronavirus, y que aspira a convertirse en un edificio «vivo» y en un elemento dinamizador de la cultura y la música en Nou Moles y en toda la ciudad.

Los gruesos muros de esta alquería única, de estilo barroco y Bien de Interés Cultural, rezuman historia.

Tras años cerrada y sin uso, ha sido restaurada por Bankia, su propietaria, que ha invertido 3,5 millones de euros. En la intervención, dirigida por el arquitecto Carlos Campos, se han sacado a la luz pavimentos de canto rodado y cerámica originales, carpinterías, la lujosa decoración de las estancias nobles y recuperado elementos como la torre-miramar, con vistas únicas al río Turia y a la ciudad, o la terraza del huerto y el muro de contención original del jardín, una construcción asociada a la miniglaciación europea del siglo XV. La Casa de la Música será visitable un día a la semana para divulgar su historia.

La presidenta de la FSMCV, Daniela González, confía en que la fusión de Bankia y Caixabank no suponga obstáculos a la continuidad de los proyectos y convenios con las bandas de música. Al no ser formación reglada, las ayudas públicas a las sociedades de música valencianas son escasas pese ser cerca de 500 en todo el territorio de la Comunitat.

Buscar utilidad antes de rehabilitar

La alquería Julià fue uno de los activos de Bancaja que pasaron tras la fusión de 2010 a manos de Bankia. Su rehabilitación arrancó en 2016 cuando la entidad encontró un uso concreto para el edificio, que fue destinarlo a Casa de la Música y cederlo como sede a la Federación de Sociedades de Música, una entidad a la que Bankia lleva años financiando a través de convenios y programas como «Escolta València» y «Música a la llum». Con el uso claro, la rehabilitación se puso en marcha, explica la coordinadora de comunicación de Bankia en la Comunitat Valenciana, Isabel Rubio.